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miércoles, 17 de mayo de 2017

Dr DAVID R. HAWKINS. SELECCIÓN TEXTOS "EL OJO DEL YO"





El Karma, El Gurú Y El Sabio
Dr. David R. Hawkins
El Ojo del Yo Sección IV Debates y Conferencias
Capítulo 16 El Karma, El Gurú y El Sabio

Pregunta: ¿Podría explicar lo que entiende usted por karma?
Doc: Cada pensamiento y cada acción despide una vibración o rastro que es asociado a un patrón energético de alta frecuencia del cuerpo energético de la persona. Este interactúa con el mar de la consciencia, donde hay infinitos patrones de energía que emanan de otros cuerpos energéticos. En este complejo mar de patrones intrincados, se hacen selecciones que influyen en las decisiones y las direcciones de la vida. Los patrones persistentes se refuerzan y son por tanto más dominantes. Las interacciones que se originan así podrían compararse con la forma estructural de una molécula, que determina con que otras moléculas es capaz de interactuar. Así, pueden ser compatibles con unas formas moleculares e incompatibles con otras.
El cuerpo energético de cada persona lleva consigo un rastro histórico de patrones, que persiste en el tiempo e influye en sus decisiones, en su conducta y en sus sentimientos de atracción o repulsión.
Este cuerpo energético, que es la sede del sentido del “Yo”, existe independientemente del cuerpo físico, como recordaría cualquiera que haya estado fuera del cuerpo. Este “cuerpo kármico” está constituido por los rastros coleccionados por los posicionamientos.
El campo de la consciencia es un mar infinito de campos de energía que interactúan con distintos niveles que se pueden calibrar. El destino del cuerpo energético de un alma individual es por tanto similar a un objeto que flotara en el espacio, o a un corcho en el mar, en el que su innata flotabilidad determina el nivel en el cual se estabilizara y flotara.
Los reinos de existencia no materiales están compuestos por cuerpos de energía de distintos niveles en las frecuencias del mar de la consciencia que tienden a estabilizarse en reinos. Cada uno de estos reinos congrega a su alrededor un campo de atracción. Cuando el cuerpo energético o alma, con su colección histórica de frecuencias y patrones, se separa del cuerpo físico, gravita hasta alcanzar un campo compatible o dominio. Estos campos constituyen las potencialidades u opciones entre los distintos niveles de la vida posterior a la vida física, tales como los infiernos, los purgatorios, los limbos o los cielos. Obviamente, para algunas almas, existe también la oportunidad, la elección o el destino de optar por otra vida física. 
Si preguntamos con la prueba muscular si esta es una representación bastante acertada de la realidad espiritual, obtenemos un “si”, como respuesta.
La gente tiene opiniones definidas acerca de estos temas, y la cuestión de la reencarnación se presta a muchas discusiones. Sin embargo, todas las religiones coinciden en que el cuerpo de energía, tras la muerte física, asume un destino que viene determinado por las acciones realizadas durante la vida física. Por tanto, el destino está determinado principalmente por las decisiones espirituales y las acciones que se hicieron, dándosele gran importancia a la intención, la responsabilidad y el consentimiento de la Voluntad.
Espiritualment
e hablando, que tenga lugar o no una verdadera reencarnación física es en realidad una cuestión básicamente académica. Los principios y el destino del cuerpo energético siguen siendo los mismos, tanto si reanuda la existencia física como si continúa en un plano energético. Obviamente, el destino de uno ira a mejor o empeorara en función de las elecciones que haya tornado la voluntad espiritual. De los estudios de la naturaleza espiritual de la consciencia parece desprenderse que la elección de reanudar una nueva vida humana física podría estar determinada por los patrones innatos de esa alma en concreto. Más importante es la interpretación y la comprensión de los factores que determinan el destino del alma/ cuerpo energético y su destino después de la muerte física.
De los anteriores análisis e investigaciones espirituales, parece que el destino último de uno es la consecuencia automática e impersonal de los patrones de energía que han sido establecidos en el aura del cuerpo espiritual; por ejemplo, el destino de una persona tras la muerte física es simplemente la consecuencia inevitable de sus propias elecciones, y no una recompensa o un castigo que alguna figura, energía o poder distribuya arbitrariamente. El ser en el infinito mar del Ser gravita hacia su destino en virtud únicamente de su propia esencia. Esta es la justicia absoluta de Dios Todopoderoso, que garantiza una absoluta justicia e imparcialidad. El juicio es por tanto una mera invención semántica (como la causalidad o el heliotropismo), que sirve como “explicación” plausible que se deriva de las suposiciones antropomórficas de la mente humana.
Cada persona determina su propio destino con absoluta justicia, en la medida en que el destino espiritual de uno queda sellado y determinado por su propia mano y sus acciones. Así, la justicia de Dios se lleva a cabo perfectamente auto-cumplida. 
La humanidad, por tanto, tiene que asumir la responsabilidad de su propio destino y dejar de culpar a Dios, a quien se le ha difamado injustamente. En realidad, el amor de Dios, como el Sol, brilla igualmente para todos. Los dominios espirituales, si se los comprende bien, adquieren pleno sentido, y ya no hacen falta invenciones ni fantasías supersticiosas y antropomórficas para explicarlos. 
La mayor parte de lo que se ha dicho hasta aquí está en consonancia con la mayor parte de la información y la experiencia espiritual acumulada de la humanidad. Si, espiritualmente, todo sucede como consecuencia del Libre Albedrío, y no hay “fuerzas” que “causen” nada que no esté conforme con ello, entonces la cuestión de la reencarnación física se clarifica. Si sucede, tendría que ser por elección y asentimiento de la voluntad espiritual, y estaría determinada por las propensiones “kármicas”.
Cuanto más se identifica uno con el cuerpo físico y la vida terrestre, más se sentirá empujado o atraído hacia otra vida terrestre. Es obvio que la atracción hacia la reencarnación quedaría anulada o vendría propiciada por los errores espirituales del pasado. Al parecer, muchas almas deciden que la única forma de reconciliarse es sufrir la misma suerte que ellas les han hecho sufrir a otras. Ciertamente, vemos que millones de almas eligen vidas que terminan desastrosamente. Incluso, la forma de morir elegida es con frecuencia tan singular y específica que uno intuye que debe haber habido fuertes factores kármicos determinantes en la especificidad de la elección hecha. También los suicidios toman con frecuencia formas y estilos muy específicos, con significados muy concretos.
Podemos afirmar que, si las vidas del alma se pueden vivir dentro o fuera de los dominios físicos, en planos físicos o energéticos, será bastante posible una casi infinita secuencia de vidas. Esta formulación está en consonancia con las enseñanzas de los sabios de la antigüedad, los Vedas, y las enseñanzas de Krishna, Buda y el Hinduismo, así como con otras antiguas religiones.
En niveles muy avanzados de consciencia, los sabios iluminados son capaces de recordar vidas anteriores, de las que suelen decir que han sido muy numerosas. En las experiencias extracorpóreas, la gente también recuerda que su cuerpo energético ha habitado anteriormente otros cuerpos físicos. Los niños pequeños suelen recordar también vidas previas, y las investigaciones demuestran que esto es algo frecuente. A un sabio se le pregunto cuan reales eran las encarnaciones previas, a lo que respondió que eran tan reales como esta, ni más ni menos.
El interés en si uno ha tenido vidas anteriores no es más que un reflejo de la vanidad del ego o el interés por si mismo. Es más importante comprender como trabaja la justicia divina, pues esto aclara los malentendidos acerca de la naturaleza del ego. También aclara las enseñanzas Cristianas de “lo que siembres, cosecharás”, “Las personas que viven en casas de cristal no deberían arrojar piedras”, “Aquellos que viven por la espada morirán por la espada”, “Ni un solo cabello de vuestras cabezas pasa desapercibido”, y “No cae ni un solo gorrión sin que se tenga en cuenta”.
Los comentarios de Jesús acerca de la reencarnación son breves, y aparecen en Mateo 11:7-14 y 17:10-13, donde afirma que “Elías (Elijah) ha vuelto como Juan el Bautista”. 
El cristianismo se centra en elegir la virtud sobre el pecado, o del bien sobre el mal, dado que la importancia del destino del alma tiene prioridad sobre el sujeto de la reencarnación.


Consciencia espiritual avanzada
Dr. David R. Hawkins
El Ojo del Yo Sección IV Debates y Conferencias
Capítulo 15 Aclaraciones

Pregunta: ¿Cambia la experiencia del cuerpo con una consciencia espiritual avanzada?
Doc: Se dan cambios que ocurren en la naturaleza de la experiencia corporal. La sensación de localización es más general y menos concreta. Y hay periodos durante el trabajo espiritual en que el cuerpo casi se siente desaparecer, como si se olvidara. 
También hay veces en que energías muy intensas parecen fluir a través del sistema nervioso, y se experimentan sensaciones ardientes diversas, como si el sistema nervioso estuviera incandescente. También hubo un periodo en que la energía Kundalini discurrió con intenso placer hacia arriba por la espina dorsal, hasta la cabeza y el cerebro, para luego bajar al corazón y salir de el.
Puede haber una perdida en cuanto a deseos corporales y una retirada del interés en el cuerpo, hasta el punto que la supervivencia física puede a veces depender de las atenciones de las personas que lo rodean. Puede haber una marcada pérdida del apetito y del interés en las sensaciones corporales. La visión cambia en el sentido de que todo parece ir a cámara lenta, y hay una mayor dependencia de la visión periférica frente a la visión central. El tiempo se detiene, lo cual parece estar relacionado con la perdida de conexión concreta con el espacio. 
También se da cierta inestabilidad en el movimiento corporal. Cuando tiene lugar la realización del Ser, se tienen dificultades con los pronombres y en como denominar a lo que el mundo considera que es lo “Yo” en términos que resulten comprensibles. Al principio, resulta extraño ver a la gente hablándole al cuerpo físico como si fuera la identidad de uno.
También se pierde el miedo y los reflejos de sobresalto. Es más difícil procesar el pensamiento lineal y descifrar la conversación humana ordinaria. Esto deriva en un retraso en la respuesta durante la comunicación verbal. Este retraso tiene que ver con el proceso que ocurre en la conciencia, que traduce el proceso lineal del lenguaje en significado en términos de esencia. Este retraso no se da a la hora de comprender a los animales o el lenguaje corporal humano. Esto parece que sucede debido a que la consciencia se centra más en la esencia y el significado que en los detalles de la forma. También se tiene que hacer un cambio de sintonía desde el silencio natural de este estado hasta el sonido definido más próximo al cuerpo.
No hay separación entre lo que parece que ocurre y el Ser. Las “causas” no se buscan en el exterior, y lo que llamamos “acontecimientos” suceden como consecuencia de lo que se mantiene en la mente. No hay causas atribuidas al mundo, sino solo a la consciencia.
La gente alrededor de uno parece ir en pos de cosas irrelevantes e intrascendentes, malgastando mucha energía. Estos aspectos de la consciencia se experimentan como si los vivieran individuos diferentes, pero el experimentador interior es básicamente el mismo Ser en todos. El cuerpo es como un compañero, una mascota cariñosa que le sigue a uno a todas partes. Parece estar fielmente presente. Puede incluso someterse a una operación sin sentir dolor ni necesitar anestesia. Uno puede seguir poseyendo el cuerpo y ser responsable de el sin identificarse con el como identidad propia.


El cuerpo fìsico en el trabajo espiritual
Pregunta: Rara vez menciona usted el cuerpo físico. ¿Qué importancia tiene en el trabajo espiritual?
Doc: El cuerpo es un producto de la naturaleza y forma parte del mundo animal. Se podría decir que le pertenece a la naturaleza pero que nos lo ha alquilado provisionalmente. Solo tiene una existencia temporal y de ahí que no justifique una atención o importancia indebidas. Lo valioso del cuerpo es su capacidad para la comunicación, que es un medio para transmitir información y compartir la conciencia. Si se le atiende adecuadamente, será una fuente de placer y un medio de cumplir el trabajo y expresar afectos. Esencialmente, es algo temporal, una experiencia de la percepción o posición en el espacio y el tiempo. La percepción lo reivindica como “mi” o, al menos, como “mío”. Esta es una importante restricción y limitación de la identificación del yo con lo físico y la forma. Como cualquier otro ser vivo en la naturaleza, el cuerpo responde a la bondad, el respeto y la consideración. 
Se le puede querer y amar como a una mascota, pero sin identificarse necesariamente con él ni aferrarse a él. 
Uno de los puntos que más difícil resulta aclarar en la diferenciación entre el yo y el cuerpo es el del funcionamiento de los sentidos. Se cree que son experiencias y funciones del propio cuerpo físico. Pero por extraño que parezca, el verdadero locus de la experiencia sensorial se halla en los dominios invisibles del cuerpo de energía interior que activa al cuerpo físico. ¡El cuerpo físico, en sí y por sí mismo, no tiene capacidad para experimentar nada en absoluto!
La experiencia de los sentidos (así como la de todo lo demás) es una cualidad de la conciencia asociada a la presencia de un cuerpo energético dentro del cuerpo físico a su imagen. Cualquiera que haya tenido una experiencia extracorpórea recordara que todas las modalidades de los sentidos eran funciones de ese cuerpo etérico que estaba asociado a su conciencia y sentido del yo. La vista y el oído se mantienen aun cuando el cuerpo físico este en estado latente o inconsciente. El “yo” experimente la migración del cuerpo junto con la sensación de posicionamiento o movimiento. En ese estado, el sentido del “Yo” se localiza dentro del cuerpo energético, y el cuerpo físico se convierte en un “eso”. Se ve como “un cuerpo”, no “mi cuerpo”.
Muchísimas personas dan cuenta de experiencias idénticas, de modo que hay un acuerdo generalizado respecto a la naturaleza del fenómeno. Del mismo modo, en las experiencias cercanas a la muerte se suele explicar que el “yo” viaja a través de túneles de luz, encontrándonos con gente y con una incontable variedad de colores, y después se muestran reacios a rehabilitar el cuerpo físico. Así, podemos decir que habitamos un cuerpo físico, pero no somos el cuerpo físico. Es evidente que el espíritu, el alma o el yo energético residen en el cuerpo y tienden a mezclarse y difuminarse en él, perdiendo así su singular identidad. Algunas personas son propensas a dejar su cuerpo de forma accidental o a voluntad; la proyección astral como técnica puede de hecho ser enseñada de manera que se deje el cuerpo a voluntad e incluso elegir lugares a visitar (por ejemplo, en el Instituto Monroe).
La visión a distancia y la clarividencia son proyecciones parciales de las facultades sensoriales del cuerpo energético. El “experimentador” es la presencia interior, que ha recibido diversos nombres: cuerpo astral, etérico, alma o cuerpo espiritual. El cuerpo espiritual no está controlado por lo que llamamos normalmente fuerzas físicas, sino que existe en otra dimensión o plano.
La mente también viaja con el cuerpo espiritual y se percata de su disociación con el cerebro. La conciencia no depende de lo físico, sino que existe con plena independencia de él. Sin embargo, cuando se localiza, tiende a identificarse con la forma y la situación.
Dr. David R. Hawkins
El Ojo del Yo Sección IV Debates y Conferencias
Capítulo 15 Aclaraciones


Que es el Amor?
Dr. David R. Hawkins
El Ojo del Yo Sección IV Debates y Conferencias
Capítulo 15 Aclaraciones

Pregunta: ¿El amor no es simplemente, una emoción común y corriente? Se habla de él a todas horas.
Doc: Decididamente, el Amor no es el nivel de consciencia predominante en la humanidad. El setenta y ocho por ciento de la población mundial calibra por debajo de 200 (la Integridad básica), y se centra por tanto en la negatividad. Solo un 0.4 por ciento de la población alcanza el nivel del Amor Incondicional, podríamos decir que “Aman”. El amor es una consciencia, una actitud, un contexto para comprender la vida. 
El amor es el filo de la navaja de la Realidad y la unidad y esencia del Espíritu. Negar el amor es negar a Dios. El posicionamiento y el juicio oscurecen el amor. La mayor parte de la sociedad invalida al amor como base racional para decidir y actuar. Hay amplios sectores de la población que ven como una debilidad el amor por un semejante. La humanidad en realidad quiere los beneficios, el orgullo, las posesiones, el poder y el derecho a vengarse y tomarse represalias con el castigo.
Los Estados Unidos o tierra de la “libertad”, tiene más gente y mayor porcentaje de su población en prisión que ningún otro país excepto China. La sociedad le declara la “guerra” a sus problemas, que por supuesto, se multiplican. La fuerza es ineficaz y un débil sustituto del poder. En cambio, la gente haría casi cualquier cosa por un poco de respeto y amor y muy poco por miedo. Sin la lealtad, nacida del respeto, ni siquiera un general podría exigir obediencia a sus tropas, y sin ese aspecto del amor llamado respeto, surgirán las insurrecciones y los motines. La fuerza solo puede ser un recurso temporal provisional. Todos los imperios que se gobernaron por el miedo se derrumbaron. Las religiones que se basan en el miedo al pecado y no en el amor a Dios son inherentemente débiles.
El amor es una forma de relacionarse con el mundo. Es una generosidad de actitud que se expresa en formas aparentemente pequeñas pero poderosas. Es un deseo de llevar felicidad a los demás, de alegrarles el día y aliviar sus cargas. 
Simplemente ser cordial y afectuoso con todo aquel que uno se encuentre en su camino a lo largo del día es revelador. Que esta no es una actitud común se revela por la respuesta de la gente cuando se encuentra con ella. Con frecuencia, responden con sorpresa o incluso un agradable estado de shock. “Nadie me había felicitado nunca por lo que hago; lo único que hacen es quejarse”, es un comentario muy habitual. La mayoría de las personas parecen no ver los aspectos positivos de la vida y son incapaces de responder a ellos, debido a que están centradas en sus propios deseos y en actitudes críticas. Dan por supuesto el servicio que les prestan los demás diciendo: "Bueno, les pagan por eso, ¿o no?"
(Lo cual no viene al caso).
Grandes sectores de la sociedad operan en el nivel del desamor. Hay grandes empresas y Administraciones públicas que solo pueden ser descritas como de “funcionamiento adusto”. No se observan muestras de gratitud, ni se consideran adecuadas socialmente. Se menosprecia el amor como un “sentimiento delicado”. El amor se restringe socialmente por tanto al romanticismo, a las madres y sus hijos, o al perro de uno. Si se expresa en cualquier otro lugar, resulta embarazoso. Hay pocas áreas de la vida masculina donde el amor este bien visto, salvo el amor a la familia, a los deportes, a la patria o a un coche.
Un área importante de la vida que es socialmente aceptable y está abierta a todos es el de “cuidar”. El “cuidar de” es una amplia avenida para la expresión y la expansión del amor. La gente dice que no puede encontrar el amor, como si fuera algo que hay que conseguir. Una vez estás dispuesto a dar amor, descubres de pronto que estas rodeado de amor y que sencillamente no sabias como acceder a el. 
El amor está presente en todas partes, y solo requiere darse cuenta de esa presencia. 
El universo responde ante el amor revelando su prevalencia. Esta oculto para la percepción ordinaria, pero la consciencia se afina con el mismo amor. La consciencia es una capacidad que se encuentra más allá de los sentidos o las emociones. Si uno cesa en sus proyecciones y limitaciones antropomórficas, se le revela que todo lo que existe es innatamente consciente y emana amor como consecuencia de la divinidad de la Creación.
Cad
a planta es consciente de su entorno y de la admiración y el respeto por el. A cambio, nos recompensa con su propia perfección intrínseca y belleza. Cada planta es una escultura única, creativa, y es la expresión perfecta de su esencia. La Divinidad resplandece en toda la Creación para aquellos que pueden ver. La naturaleza se convierte en algo parecido a los dibujos animados de los niños, donde los árboles sonríen, los animales hablan y las flores se mueven alegremente. 
Cuando la percepción cesa, todo un mundo de maravillas se revela. La consciencia está en todo cuanto existe. Se reconoce a si misma manifestándose como la Totalidad de la Creación.



A Dios le encuentra aquel que Le Busca
Dr. David R. Hawkins
El Ojo del Yo Sección IV Debates y Conferencias
Capítulo 15 Aclaraciones

Pregunta: ¿Cómo tiene lugar tan maravillosa revelación?
Doc: Por la mera intención de ser bondadoso, respetuoso y considerado con Todo Lo Que Es, sin excepción y en cada detalle, incluyendo a uno mismo. Vemos lo que creemos y aceptamos lo que somos. Las cualidades de la gratitud, el reconocimiento, la ternura o el afecto son, de por sí, poderosamente transformadoras. Nuestra experiencia del mundo y la vida es por completo el resultado de nuestras creencias y posicionamientos internos. Del amor y el respeto a Dios surge la voluntad para entregar todos estos prejuicios, y la humildad que se origina así abre las puertas al esplendor de la realidad, que es la revelación del Ser. 
El amor es el catalizador mágico que produce la consciencia. Al final, la certeza reemplaza a la fe y, de ahí, que se diga que a Dios le encuentra aquel que  Le Busca 

Fuente:
https://www.facebook.com/groups/1594168484190298/?fref=nftra


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