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domingo, 30 de marzo de 2014

EL KIBALION - LOS SIETE PRINCIPIOS QUE RIGEN EL UNIVERSO




LOS SIETE PRINCIPIOS 
QUE RIGEN EL UNIVERSO

1. El Principio de Mentalismo
Dios creó el Universo con la Mente, por lo tanto El es Mente, y no puede crear otra cosa que mente, la semilla de naranja, da naranjo. Todo lo creado está involucrado en todo. Comprobamos que el Todo, el Uno, el Absoluto , como se quiera llamarlo, está substancialmente involucrado en todas las manifestaciones de la vida diaria al cual hemos denominado universo material a última instancia espíritu el cual es incognoscible , indefinible e indestructible, comprobamos también que es inteligente e infinito, con la única y primordial característica: expresar el Bien.
Al considerar su origen mental se explica el mundo de fenómenos mentales y psíquicos, sin explicación para el público en general.
2. Principio de Correspondencia
“Todo tiene que ver con todo", cualquier aspecto de la Vida que queramos analizar, nos encontramos que de alguna manera esta relacionado con otro aspecto de la vida.
Hay un axioma hermético que afirma: Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba y recordemos a Platón que afirmaba que todo lo manifestado en el mundo material, es una copia imperfecta de lo que está en el plano arquetípico de las ideas

La Ley de la Correspondencia

En tiempos de Abraham el maestro Hermes Trismegisto aseguraba que toda la información sobre un hombre se podía encontrar en solo una gota de su sangre y que dentro de cada hombre se hallaba representada la totalidad del universo. Formuló entonces un principio al que llamó La Ley de la Correspondencia  que decía: “Como es arriba es abajo, y como es abajo es arriba”. Con estas palabras creó Hermes un método deductivo que permitió vislumbrar la grandeza del universo creado, donde lo más grande de lo más grande es igual a lo más pequeño de lo más pequeño. Donde todos los niveles de existencia comparten la misma esencia, organizados en un sistema de hologramas dentro de hologramas, dentro de hologramas, hasta el infinito.
Por eso desde ese entonces para los más sabios existía ya la convicción de que el camino más corto para la exploración del cosmos era mediante el viaje hacia el interior del hombre: “Conócete a ti mismo y conocerás el universo”. Según la publicación “El Tao de la Física” del científico Frityof Capra: con la meditación como único método de investigación, los antiguos Vedas llegaron a formular, en términos poéticos, los principios de la Física Cuántica. Y esto ocurrió tres mil años antes que nuestros científicos modernos  llegaran a las mismas conclusiones por medio de las matemáticas.
La Ley de la Correspondencia tiene aplicaciones sin fin. Por ejemplo: considerando en un hombre el cuerpo físico como el “abajo” y su mente como el “arriba” decimos: “como es el pensamiento de un hombre así es su cuerpo”. Puede ser: “mente sana en cuerpo sano”, o cuerpo enfermo como manifestación de pensamientos distorsionados. Afortunadamente en las enseñanzas de Hermes “el tres veces sabio” la enfermedad viene de la mano con el remedio: “Cambia el pensamiento y sanarás tu cuerpo”.
Es evidente que en un hombre existen aspectos visibles e invisibles. Todos podemos palpar el cuerpo físico, pero no hay forma de ver o tocar un pensamiento. Solamente podemos deducir que este existe por los efectos que produce. Según la Ley de la Correspondencia, si así es en el microcosmos, acá abajo, igual debe ser en el macrocosmos, allá arriba. En el espacio exterior podemos ver objetos físicos, tales como: planetas, sistemas solares y galaxias. Pero no es posible descubrir tras de ellos la mente que los dirige. Solo por deducción podemos tener la certeza de que existe.
En el cuerpo humano todo es mente. Cada célula es inteligente y guarda la información que precisa. Además tiene la habilidad de comunicarse instantáneamente con las demás células. Estas capacidades son reales, pero no podemos verlas ni tocarlas. Por ejemplo: nos aporreamos el dedo gordo del pié e inmediatamente el sistema nervioso y el cerebro lo saben. Como resultado el dedo golpeado recibe la dosis adecuada de aquello que necesita para cicatrizar la herida y combatir una posible infección.
De la misma manera, en el universo también Todo es Mente. Cada célula del macrocosmos, llámese hombre, planeta, sistema solar o galaxia, posee proporcionalmente el grado de inteligencia que necesita. La interconexión entre ellas y la Mente que las gobierna también es perfecta: el Todo afecta las partes y las partes influyen a su vez en el Todo. Es un hecho que “ni un pelo de nuestro cabello cae, sin que el Creador lo sepa”. Igualmente, puede ser que un hombre sea más pequeño que la más microscópica brizna de polvo en la galaxia, pero si un ser humano cambia, invariablemente estará alterando la esencia misma de todo el universo. 

 

3. Principio de Vibración
Uniendo este tema con el anterior comprobamos que en el universo todo vibra, las ideas de Platón, la Mente, llegando al átomo. El pensamiento positivo vibra a un nivel altísimo, sus colores son brillantes, claros, luminosos. El pensamiento negativo vibra despacio y sus colores son opacos. Los estados de ánimo vibran y lanzan al espacio esas vibraciones en sonidos y en colores. Todos los estados mentales se lanzan al exterior del cuerpo que los crea, van golpeando cuerpos afines como hacen los instrumentos musicales, y estas vibraciones afectan en bien o mal a otras mentes, aumentando los estados emocionales y mentales que está en tono con ella.
LA LEY DE VIBRACIÓN
Según la Ley del Ritmo, que vimos anteriormente, todo en la creación tiene un movimiento orbital de rotación, lo mismo partículas subatómicas, que astros y galaxias. Con la “Ley de la vibración” ahora complementamos lo anterior: “Nada esta inmóvil, todo se mueve, todo vibra”.  Además nos da una clave importante para comprender la existencia de las distintas dimensiones: “la velocidad del giro define las características de manifestación”
Para comprender esto en una forma sencilla observemos el movimiento de una rueda. Si esta gira lentamente, nos dejara apreciar su forma física. Si aumenta la velocidad, se comenzara a oír una nota baja, que ira subiendo gradualmente en la medida en que la velocidad aumenta. Cuando sobrepasa la nota más alta que el oído humano puede escuchar, hay un silencio profundo. Pero, conforme aumenta más la velocidad, el sonido se volverá color y  paso a paso se hará visible todo el espectro, desde el rojo hasta el violeta. Si la rueda se acelera mas todavía, se alcanzara la no percepción de rueda alguna, y solo se captara una total inmovilidad.
Tu mismo, como holograma del universo, eres energía en vibración. Tu cuerpo físico, tus emociones, pensamientos y hasta tu espíritu son solo distintas frecuencias, u octavas, de esa energía que tú eres. En ti están representadas todas las dimensiones que existen, que difieren entre si solo en el grado.
Pertenecer a una dimensión determinada significa tener la frecuencia de vibración correspondiente a esa realidad. Cuando la velocidad de giro por algún motivo se acelera, una vez traspasado el punto critico que separa las dimensiones, ocurre una rotunda transformación, y las características de manifestación cambian. Por ejemplo: si la frecuencia en que vibra nuestro planeta subiera hasta un determinado punto, este dejaría de ser un mundo de tercera dimensión, y se convertiría en uno de cuarta o quinta dimensión. Y en el proceso desde luego arrastraría consigo a toda la vida que sostiene.
En su rumbo cósmico nuestro sistema solar se mueve ahora hacia un acercamiento gradual al centro galáctico. Por ello energías de una frecuencia altísima, procedentes del sol central, están ahora impactando nuestro sol, y desde allí viajan hacia la Tierra. Los efectos de estas energías están haciendo las veces de acelerador de partículas, y el aumento de nuestra vibración es ya mesurable. En nuestro mundo el magnetismo ha caído en una forma dramática, mientras que las frecuencias suben mas cada día, en correspondencia con esto también el factor tiempo se acelera.
Es posible que estemos ya en camino hacia a una experiencia extraordinaria que la estirpe humana no conoce: un cambio dimensional planetario. Si así fuera, no hay nada que temer. Solo significa  que veremos lo que nadie ha visto hasta ahora. Pensaremos y comprenderemos cosas que antes no nos era posible pensar o comprender. Implica que las frecuencias mas bajas como: miedo, o limitación se derrumbaran y comenzaremos a vivir la unión con nuestro espíritu y con el espíritu de todos los demás. A este siguiente escalón evolutivo le han dado el nombre de “Ascensión” o “Iluminación”. Significa que la promesa hecha al hombre será cumplida, porque: “en menos de un parpadeo tendremos un nuevo cielo y una nueva Tierra”.

4. El Principio de Polaridad.
En el Universo todo es doble, tiene su opuesto, lo semejante, los opuestos son lo mismo, todas las verdades son medias verdades, toda oposición puede reconciliarse. Las tesis y las antitesis son idénticas en naturaleza. Dios es Padre - Madre, tiene los dos principios, luego es andrógino, son el Tai - Chi.

La ley de la polaridad
Cuando un electricista hace una conexión no se pone a reflexionar cuál de los cables es bueno y cuál malo, cuál es el pecaminoso y cuál el escogido por Dios. Simplemente sabe que trabaja con dos fuerzas, una de polaridad positiva y otra negativa. Separadas son inocuas, pero si se las junta ocurrirá el milagro. Y lo que sucede a niveles de electricidad es la constante en el universo: existen dos poderes opuestos que se apoyan mutuamente para producir perfección. Su interacción se define como la “Ley de la polaridad”, o “Ley del dos”. Esta ley opera en forma muy sencilla, sin embargo la humanidad no ha tenido hasta ahora la sabiduría de tomarla en cuenta. Por ello hemos pasado por: guerras, segregación, persecuciones, injusticias y calamidades en milenios de historia.
Cuando el momento llegó para que el hombre comprendiera los secretos de la polaridad tuvimos un maestro a nuestra disposición, el Buda.  Nació como príncipe, pero voluntariamente se convirtió en mendigo, tal vez para tener la vivencia del Yin y el Yang, como él llamó a estas dos fuerzas constructoras. Enseñó el Buda que la felicidad es posible, siempre y cuando escojamos transitar por el camino del medio. Desgraciadamente los hombres, en vez  de poner en práctica su sabiduría, le rindieron culto y volvieron religión sus enseñanzas. Entonces como Budistas se vieron impulsados de vuelta a  la balanza, pues al estar en pro de algo siempre habrá quienes estén en contra. Y lo que el Buda había legado, como forma de integración, dividió al mundo en dos corrientes: oriente y occidente, los partidarios de la Ley del dos, y los fanáticos de un solo Dios.
La Ley de la polaridad es el mecanismo por medio del cuál el universo mantiene su estado de equilibrio. Podemos comprenderla simplemente observando el fluir de todo lo que nos rodea.  A nivel subconsciente nuestro cuerpo sabe, nuestras reacciones involuntarias siempre unifican la polaridad para obtener mejores resultados. Si vas a correr hacia adelante, tu cuerpo se echa primero hacia atrás. Si intentas saltar hacia arriba, tu cuerpo toma el impulso yendo primero hacia abajo. Si llorando llegas hasta el final de tus lágrimas entonces reirás; y si riendo alcanzas el extremo de tu risa entonces llorarás. Si te duchas con agua fría saldrás con calor, pero un baño con agua muy caliente te producirá frío. El abuso de comida te conducirá a una dieta estricta, y la dieta estricta  de vuelta al abuso de comida. Hemos salido a explorar el espacio exterior y se nos han revelado los misterios ocultos de nuestro propio mundo, mientras que los hombres sabios buscan dentro de sí mismos y pueden llegar a percibir el universo entero. En el juego del amor vemos parejas que al primer encuentro se detestan, y cuando el odio es total entonces se enamoran y se casan. Mientras que, al unirse los más enamorados, el extremo del amor invariablemente les enseña a odiarse, hasta que el divorcio los separe.
Por eso a la “Ley de la Polaridad” se la llama también la “Ley del Péndulo”. Oscilamos de un extremo al otro porque no comprendemos que si nos polarizamos totalmente en un solo lado, la vida nos lanzará automáticamente hacia el extremo opuesto. Esto ocurre porque nuestra tarea es aprender por contrastes. Por ejemplo: sabremos qué es la luz únicamente si antes hemos visto oscuridad. La tristeza pone en relevancia la alegría. Comprenderemos lo que es bondad si existe la idea de lo que es maldad. La enfermedad nos brinda la percepción nítida de lo que significa la salud.
Por eso todas las situaciones que vive un ser humano son igualmente valiosas. Que sean agradables o desagradables no interesa, solo cuenta el bagaje de sabiduría que cada experiencia nos aporta. Aceptado esto, nos haremos voluntarios del camino medio, porque aplicaremos la sazón del buen cocinero a cada aspecto de la vida: agregar una pizca de azúcar a los platos de sal y una pizca de sal a los platos de dulce. Reconoceremos entonces que siempre hay algo de fealdad en la belleza y algo de belleza en la fealdad, algo de verdad en la mentira y algo de mentira en la verdad.
Así tendremos flexibilidad para aceptar el punto de vista antagónico “del otro”. Con la conciencia de que en el exceso de riqueza solo vamos a encontrar pobreza, cambiarán los parámetros para evaluar el éxito. Ya no llamaremos “macho” a un hombre por su agresividad y fuerza, sino por la capacidad de demostrar ternura y expresar sus emociones. Caso similar al de un vehículo que requiere su mayor potencia, no para alcanzar máxima velocidad, sino para que, como carroza funeraria, pueda avanzar muy lentamente sin que su motor se apague o tiemble.
Polaridad y Unidad
Jesús les dijo: Cuando de los dos hagáis uno y cuando hagáis lo de dentro como lo de afuera y lo de afuera como lo de dentro y lo de arriba como lo de abajo y de lo masculino no sea masculino ni lo femenino sea femenino, cuando hagáis ojos en vez de un ojo y una mano en vez de una mano y un pie en vez de un pie y una imagen en vez de una imagen, entonces entraréis en el Reino.
Tomás. Evangelios Apócrifos, cap.22.
Al decir Yo, el ser humano se separa de todo lo que percibe como ajeno al Yo: el Tú, y desde este momento, el ser humano queda preso en la polaridad. Su Yo lo ata al mundo de los contrapuntos que no se cifran solo en el Yo y el Tú sino también en lo interno y lo externo, mujer y hombre, bien y mal, verdad y mentira. El ego del individuo le hace imposible percibir, conocer o imaginar siquiera la unidad o el todo en cualquier forma. La conciencia lo escinde todo en parejas de contrarios que nos plantea un conflicto porque nos obligan a diferenciar y a decidir. Nuestro entendimiento no hace otra cosa que desmenuzar la realidad en pedazos discernimiento. Por ello, se dice sí a una cosa y, al mismo tiempo no a su contrario, pues es sabido que " los contrarios se excluyen mutuamente ". pero con cada no, con cada exclusión, incurrimos ennuna carencia, y para estar sano hay que estar completo. Tal vez se aprecie ya lo estrechamente ligado que está el tema enfermedad-salud con la polaridad. Pero aún podemos ser más categóricos: enfermedad es polaridad, curación es superación de la polaridad.
Más allá de la polaridad en la que nosotros, como individuos, nos encontramos inmersos, está la unidad, el Uno que todo lo abarca, en el que se aúnan los contrarios. Este ámbito del ser se llama también el todo porque todo lo abarca y nada puede existir fuera de esta unidad, de este Todo. En la unidad no hay cambio ni transformación ni evolución, porque la unidad no está sometida al tiempo ni al espacio. La Unidad -Todo está en reposo permanente, el Ser puro, sin forma ni actividad. Llama la atención que todas las definiciones de la unidad hayan de ser formuladas en negativo: sin tiempo, sin espacio, sin cambio, sin límite.
Todas nuestras afirmaciones positivas nacen de nuestro mundo dividido y, por consiguiente, no pueden aplicarse a la unidad.
Desde el punto de vista de nuestra conciencia bipolar la unidad se aparece como la Nada. Esta formulación es correcta, pero con frecuencia nos sugiere asociaciones falsas. Los occidentales especialmente suelen reaccionar con desilusión cuando descubren, por ejemplo, que el estado de conciencia que persigue la filosofía budista, el nirvana viene a significar nada (textualmente: extinción).
El ego del ser humano desea tener siempre algo que se encuentre fuera de él y no le agrada la idea de tener que extinguirse para ser uno con el todo.
El origen de todo Ser es la Nada (el Ain Soph de los cabalistas, el tao de los chinos, el Neti-Neti de los indios). Es lo único que realmente existe, sin principio ni fin, por toda la eternidad. La unidad es la antítesis de la polaridad, y por consiguiente, sólo es concebible incluso, en cierta medida experimentable, por el ser humano que , por medio de determinados ejercicios o técnicas de meditación, desarrolla la capacidad de aunar, por lo menos transitoriamente, la polaridad de su conocimiento.
Todos poseemos una conciencia del mundo polarizadora. Es importante reconocer que lo polar no es el mundo sino el conocimiento que nuestra conciencia nos da de él. Inhalación y exhalación se alternan constante y rítmicamente. Ahora bien el ritmo que forman no es más que la continúa alternancia de dos polos. El ritmo es el esquema básico de toda vida. El que se niega a exhalar el aire no puede volver a inhalar. Ello nos indica que la inhalación depende de la exhalación y que sin su polo opuesto, no es posible.
Un polo para su existencia depende del otro polo. Si quitamos uno desaparece también el otro. Por ejemplo la electricidad se genera de la tensión establecida entre dos polos, si retiramos un polo, la electricidad desaparece.

Aquí tenemos un dibujo muy conocido, en el que cualquiera puede experimentar claramente el problema de la polaridad que aquí se plantea en primer término, segundo término o concretamente caras/copas. Cuál de las dos formas vea dependerá de si pongo en primer término la superficie blanca o la negra. Si interpreto como fondo la superficie negra, la blanca se sitúa en primer término y veo una copa. Está apreciación cambia cuando considero que la superficie blanca es el fondo, porque entonces veo como primer término la superficie negra y aparecen dos caras de perfil. En este juego óptico se trata de observar atentamente nuestra reacción fijando la atención en una u otra superficie. Los dos elementos copas/caras están presentes en la imagen simultáneamente, pero obligan al que mira a decidirse por uno o por el otro.
La polaridad es como una puerta que en un lado tiene escrita la palabra entrada y, en el otro, salida, pero siempre es la misma puerta y, según el lado por el que nos acerquemos a ella, vemos uno u otro de sus aspectos. A causa de este imperativo de dividir lo unitario en aspectos que luego hemos de contemplar sucesivamente se crea el concepto de tiempo, porque de la contemplación con una conciencia bipolar la simultaneidad del Ser se convierte en sucesión. Si detrás de la polaridad está la unidad, detrás del tiempo se halla la eternidad. Entendemos eternidad en el sentido metafísico de intemporalidad, no en el que da la teología cristina, de un largo, infinito continuum de tiempo.

                    5. Principio del Ritmo.
En la Naturaleza todo el flujo y reflujo, como las ondas, como las olas, si hay cresta, hay vano, si hay vano tiene que haber una cresta. En el Todo, todo vibra, es el movimiento de la Vida. Al haber vibración tiene que haber ritmo. El equilibrio rítmico trae la armonía, en todas las cosas, en las personas.

LA LEY DEL RITMO
Como consecuencia de las oscilaciones entre un extremo y otro, creadas por la polaridad, el universo se ve sometido a ciclos que se cumplen inexorablemente con un ritmo determinado. “Todo fluye y refluye, todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende. La medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación”. Con estas palabras definió  Hermes Trismegisto lo que él llamó “La ley del ritmo”.
  Esta simetría armoniosa está también dispuesta en hologramas, que son, en este caso, ciclos dentro de ciclos. Un hombre, por ejemplo, a nivel microscópico vive el ciclo de vida de sus células, y simultáneamente el que marca los cambios en su cuerpo, desde el nacimiento hasta la muerte. En el mismo momento le estarán  afectando también: el ritmo propio de la Tierra, que divide su vida en día y noche, actividad y descanso. El almanaque lunar de 28 días, que rige la fertilidad de la mujer. La rotación de la Tierra alrededor del sol que causa las estaciones. Y los ciclos de explosiones solares cada 11 años, que provocan niveles cambiantes de electromagnetismo. 
  Para percibir los ciclos del macrocosmos nuestra capacidad está limitada por el tiempo. Entonces estos nos afectan, ya no como individuos, sino como especie. Cuando a nivel cósmico un ciclo se completa,  todo el universo, incluido nuestro sistema solar, experimenta un cambio de nivel. Ocurre un salto cuántico hacia una realidad más refinada y expandida. Esto lo comprenderemos fácilmente si tomamos como modelo un ser humano. En un hombre estos saltos cuánticos ocurren cada siete años. Entonces en muy corto tiempo un ser humano se transforma: a los 7 años en un ser racional, a los 14 en el adolescente, y luego a los 21 ya es adulto. Así mismo le ocurre al universo. Con cada etapa cósmica cumplida el Todo se transforma, y esa mutación se evidencia también en cada una de sus partes.
Este es el milagro del momento en que vivimos. Estamos ahora saliendo de la noche cósmica y renaciendo a la luz de un nuevo día. Durante los próximos doce años de transición estaremos observando como nuestro pequeño mundo azul, rebozante de vida, vive un momento dramático de cambio. Somos nosotros, los hombres de esta generación, quienes seremos los testigos de este salto trascendental, que en pocos años llevará la vida, que la Tierra alberga, a un nivel superior de existencia. Y en el caso de la raza humana al completo despertar espiritual, que abrirá su corazón al universo.
En lo profundo de su ser cada miembro de la familia humana sabe que estos no son tiempos normales. Muchos juzgan con la visión miope de quienes no perciben más allá de lo aparente. Por eso no pueden apreciar que el exceso de violencia tiene como segura consecuencia el retorno del péndulo a la vivencia plena de la paz, y el amor. Esa es la próxima etapa que nos corresponde, y su visión seductora ya debe comenzar a anidar en nuestra mente, desde donde debemos apoyarla y nutrirla con todo el poder del pensamiento.

6. El Principio de Causa y Efecto
Nada de lo que ocurre en la Vida, en las personas, en las cosas, ocurre espontáneamente. Todo tiene una causa, no hay causa sin efecto, ni efecto que no tenga una causa, en lo físico y en lo espiritual.
En lo físico lo vemos a cada instante, si explotó una caldera, el fuego; si se cae algo, el soporte no lo soportó. En lo espiritual, lo vemos en nuestro comportamiento con nuestro entorno. Muchedumbre que se dejan llevar por palabras o voluntades ajenas, una discusión, se produjo porque hubo una causa anterior, lo estamos viendo de continuo en nuestra vida.


EL PRINCIPIO DE CAUSA Y EFECTO
“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley".
El Kybalion.

Este principio encierra la verdad de que todo efecto tiene su causa, y toda causa su efecto. Afirma que nada ocurre casualmente y que todo ocurre conforme a la Ley.
La suerte es una palabra vana, y si bien existen muchos planos de causas y efectos, dominando los superiores a los inferiores, aun así ninguno escapa totalmente a la Ley. Los hermetistas conocen los medios y los métodos por los cuales se pude ascender más allá del plano ordinario de causas y efectos, hasta cierto grado, y alcanzando mentalmente el plano superior se convierten en causas en vez de efectos. Las muchedumbres se dejan llevar, arrastradas por el medio ambiente que las envuelve o por los deseos y voluntades de los demás, si éstos son superiores a las de ellas. La herencia, las sugestiones y otras múltiples causas externas las empujan como autómatas en el gran escenario de la vida. Pero los Maestros, habiendo alcanzado el plano superior, dominan sus modalidades, sus caracteres, sus cualidades y poderes, así como el medio ambiente que los rodea, convirtiéndose de esta manera en dirigentes, en vez de ser los dirigidos.
Ayudan a las masas y a los individuos a divertirse en el juego de la vida, en vez de ser ellos los jugadores o los autómatas movidos por ajenas voluntades. Utilizan el principio, en vez de ser sus instrumentos. Los Maestros obedecen a la causación de los planos superiores en que se encuentran, pero prestan su colaboración para regular y regir en su propio plano. En lo dicho está condensado un valiosísimo conocimiento hermético: que el que sea capaz de leer entre líneas lo descubra, es nuestro deseo.
PRACTICA. En tu vida hay situaciones que te gustaría cambiar. Identifica las causas que le dieron origen. Provoca otras causas y con esto, cambia los efectos.

7. El Principio de Generación
Todo lo que existe, ligado al Principio de Polaridad, produce generación, siempre hay un par de opuesto, el principio masculino y el principio femenino.
En el mundo cotidiano se manifiesta como "sexo", pero en el mundo invisible es solo "Principio”.-
En las Leyes aquí expuestas tan sucintamente está el funcionamiento del Universo, quien quiera conocer las filosofías de ellas, deben internarse en el conocimiento hermético, el cual tiene todas las soluciones de la Vida.
Justamente, para llegar a esas Leyes es el Conocimiento Espiritual, si dijimos que estas son para todo el Universo, de hecho estamos aceptando la pluralidad de los mundos. Naturalmente, también debemos admitir que no todos son iguales en Evolución.
Porque también la racionalidad no dice que el más antiguo debe ser mas evolucionado que otro mas moderno, o por haberse retrasado en su progreso.
Si aceptamos lo anterior la pregunta es: ¿Por qué uno es más evolucionado que otro?
La respuesta es simple.- El que se adapta a las Leyes Universales en menor o mayor grado, de las que venimos hablando, lógicamente tendrá un diferente grado de Evolución, y cuando decimos que tiene que haber un mundo mas adelantado que el nuestro no hay una expresión que simplemente pueda negarlo.-
Entonces llegamos al punto en que es indispensable enseñar, aprender y aplicar el Conocimiento Espiritual.-
¿Pero quién enseña, de dónde sale ese Conocimiento Espiritual?
Un maestro para ser maestro, primero fue alumno, después se graduó y fue maestro.
Luego enseñó. Es como lo vemos en la vida diaria, así también ocurre en lo espiritual.



Todos somos alumnos. ¿El aula?: es nuestro planeta tierra.- ¿El tiempo de la graduación?- Depende de nuestra aplicación y adaptación a las Leyes Universales.- ¿Cómo las conocemos? Hay una sola manera: vivirlas.- La experiencia es la base de la sabiduría.
Como la vida es tan corta para aprender tantas cosas se impone la Ley de Experiencias, que no es otra que la Ley de reencarnación.- Una y otra vez vuelve el alumno a la escuela de la Vida, nuestro amado planeta tierra; ¡ ¡cómo no amarlo, si mediante él vamos a conseguir nuestra ansiada libertad eterna!
A través del tiempo se consigue la graduación, la Maestría, cuando el alumno vive en sí las Leyes Universales y Divinas y mediante una ceremonia que se realiza en el plano etérico, mas precisamente en el Templo de Luxor, se gradúa de Maestro Ascendido.-
Aquí está la respuesta a la pregunta de más arriba: de quién enseña y de dónde sale el Conocimiento Espiritual.-
La Ley de la Generación
"El Género está en todo; todo tiene sus principios masculino y femenino; el Género se manifiesta en todos los planos" enseña la última de las leyes Herméticas. Con este postulado el maestro "tres veces sabio" nos guía por los distintos niveles de creación, observando allí como la dualidad se funde en la unidad para engendrar un nuevo ser. Esta ley, que concierne a la procreación, también nos muestra la existencia de impulsos de atracción y repulsión que son las fuerzas que sostienen los movimientos de gravitación, tanto a nivel de las minúsculas partículas, como en el de los gigantescos super universos.
Dentro de los propósitos cósmicos engendrar la vida es el ritual trascendental más sagrado. A nivel microscópico la fuerza de atracción hace girar los corpúsculos negativos, o electrones, alrededor del positivo, o protón. Después del obligado cortejo ambos se combinan, y ocurre la creación de un nuevo átomo. En las especies animal y humana la danza de la vida se repite con los espermatozoides siendo atraídos por el óvulo. Cuando uno de los espermas logra la penetración, sucede el milagro de la concepción.
En los niveles macro cósmicos rige el mismo sistema de procreación. En la Enciclopedia Británica encontramos lo siguiente:" en tiempos remotos el bombardeo de cometas, con impacto en la Tierra, pudo haber tenido un papel muy importante en la formación de la atmósfera y los mares. Adicionalmente estos cometas pueden haber suministrado las moléculas orgánicas necesarias para el desarrollo de la vida".
El método de fertilización es entonces el mismo, trátese de electrones, espermatozoides o cometas que fecundan protones, óvulos o planetas. Ahora llevaremos el principio de Generación desde lo conocido hasta lo desconocido, apoyándonos en la Ley de la Correspondencia: "como es arriba es abajo, y como es abajo es arriba". Porque solo de esta manera llegaremos a comprender su aplicación primordial. Dice Hermes Trismegisto: "la creación misma del universo obedece también a la Ley de la Generación".
Añade además:"la Generación se manifiesta en todos los planos". Esto quiere decir que las posibilidades de creación desde la mente y desde el espíritu son también gobernadas por las mismas normas. Este ha sido un conocimiento oculto desde los tiempos del antiguo Egipto. Hay secretos de alta magia involucrados, pues esta ley pone a nuestro alcance la clave para comandar el Fiat sagrado con la potestad del sabio.
Veamos un ejemplo: procrear a niveles sutiles también es el resultado de la unión de dos opuestos. En este caso: el pensamiento, que es actividad y movilidad, representa la polaridad masculina, mientras que las emociones, como expresión de receptividad y reposo, encarnan el principio femenino. Para producir físicamente lo que tu desees, debes unir estas fuerzas: pensamiento + emoción = manifestación. Así tu proyecto será concebido primero en los planos sutiles. Luego, si la ley de la correspondencia lo autoriza, el universo lo apoyará, y acomodará las circunstancias de manifestación (proceso de gestación). Transcurrido el tiempo necesario, invariablemente verás la materialización de aquello que creaste.

Hortensia Galvis Ramírez 




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