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miércoles, 17 de mayo de 2017

Dr DAVID R. HAWKINS. SELECCIÓN TEXTOS "EL OJO DEL YO"





El Karma, El Gurú Y El Sabio
Dr. David R. Hawkins
El Ojo del Yo Sección IV Debates y Conferencias
Capítulo 16 El Karma, El Gurú y El Sabio

Pregunta: ¿Podría explicar lo que entiende usted por karma?
Doc: Cada pensamiento y cada acción despide una vibración o rastro que es asociado a un patrón energético de alta frecuencia del cuerpo energético de la persona. Este interactúa con el mar de la consciencia, donde hay infinitos patrones de energía que emanan de otros cuerpos energéticos. En este complejo mar de patrones intrincados, se hacen selecciones que influyen en las decisiones y las direcciones de la vida. Los patrones persistentes se refuerzan y son por tanto más dominantes. Las interacciones que se originan así podrían compararse con la forma estructural de una molécula, que determina con que otras moléculas es capaz de interactuar. Así, pueden ser compatibles con unas formas moleculares e incompatibles con otras.
El cuerpo energético de cada persona lleva consigo un rastro histórico de patrones, que persiste en el tiempo e influye en sus decisiones, en su conducta y en sus sentimientos de atracción o repulsión.
Este cuerpo energético, que es la sede del sentido del “Yo”, existe independientemente del cuerpo físico, como recordaría cualquiera que haya estado fuera del cuerpo. Este “cuerpo kármico” está constituido por los rastros coleccionados por los posicionamientos.
El campo de la consciencia es un mar infinito de campos de energía que interactúan con distintos niveles que se pueden calibrar. El destino del cuerpo energético de un alma individual es por tanto similar a un objeto que flotara en el espacio, o a un corcho en el mar, en el que su innata flotabilidad determina el nivel en el cual se estabilizara y flotara.
Los reinos de existencia no materiales están compuestos por cuerpos de energía de distintos niveles en las frecuencias del mar de la consciencia que tienden a estabilizarse en reinos. Cada uno de estos reinos congrega a su alrededor un campo de atracción. Cuando el cuerpo energético o alma, con su colección histórica de frecuencias y patrones, se separa del cuerpo físico, gravita hasta alcanzar un campo compatible o dominio. Estos campos constituyen las potencialidades u opciones entre los distintos niveles de la vida posterior a la vida física, tales como los infiernos, los purgatorios, los limbos o los cielos. Obviamente, para algunas almas, existe también la oportunidad, la elección o el destino de optar por otra vida física. 
Si preguntamos con la prueba muscular si esta es una representación bastante acertada de la realidad espiritual, obtenemos un “si”, como respuesta.
La gente tiene opiniones definidas acerca de estos temas, y la cuestión de la reencarnación se presta a muchas discusiones. Sin embargo, todas las religiones coinciden en que el cuerpo de energía, tras la muerte física, asume un destino que viene determinado por las acciones realizadas durante la vida física. Por tanto, el destino está determinado principalmente por las decisiones espirituales y las acciones que se hicieron, dándosele gran importancia a la intención, la responsabilidad y el consentimiento de la Voluntad.
Espiritualment
e hablando, que tenga lugar o no una verdadera reencarnación física es en realidad una cuestión básicamente académica. Los principios y el destino del cuerpo energético siguen siendo los mismos, tanto si reanuda la existencia física como si continúa en un plano energético. Obviamente, el destino de uno ira a mejor o empeorara en función de las elecciones que haya tornado la voluntad espiritual. De los estudios de la naturaleza espiritual de la consciencia parece desprenderse que la elección de reanudar una nueva vida humana física podría estar determinada por los patrones innatos de esa alma en concreto. Más importante es la interpretación y la comprensión de los factores que determinan el destino del alma/ cuerpo energético y su destino después de la muerte física.
De los anteriores análisis e investigaciones espirituales, parece que el destino último de uno es la consecuencia automática e impersonal de los patrones de energía que han sido establecidos en el aura del cuerpo espiritual; por ejemplo, el destino de una persona tras la muerte física es simplemente la consecuencia inevitable de sus propias elecciones, y no una recompensa o un castigo que alguna figura, energía o poder distribuya arbitrariamente. El ser en el infinito mar del Ser gravita hacia su destino en virtud únicamente de su propia esencia. Esta es la justicia absoluta de Dios Todopoderoso, que garantiza una absoluta justicia e imparcialidad. El juicio es por tanto una mera invención semántica (como la causalidad o el heliotropismo), que sirve como “explicación” plausible que se deriva de las suposiciones antropomórficas de la mente humana.
Cada persona determina su propio destino con absoluta justicia, en la medida en que el destino espiritual de uno queda sellado y determinado por su propia mano y sus acciones. Así, la justicia de Dios se lleva a cabo perfectamente auto-cumplida. 
La humanidad, por tanto, tiene que asumir la responsabilidad de su propio destino y dejar de culpar a Dios, a quien se le ha difamado injustamente. En realidad, el amor de Dios, como el Sol, brilla igualmente para todos. Los dominios espirituales, si se los comprende bien, adquieren pleno sentido, y ya no hacen falta invenciones ni fantasías supersticiosas y antropomórficas para explicarlos. 
La mayor parte de lo que se ha dicho hasta aquí está en consonancia con la mayor parte de la información y la experiencia espiritual acumulada de la humanidad. Si, espiritualmente, todo sucede como consecuencia del Libre Albedrío, y no hay “fuerzas” que “causen” nada que no esté conforme con ello, entonces la cuestión de la reencarnación física se clarifica. Si sucede, tendría que ser por elección y asentimiento de la voluntad espiritual, y estaría determinada por las propensiones “kármicas”.
Cuanto más se identifica uno con el cuerpo físico y la vida terrestre, más se sentirá empujado o atraído hacia otra vida terrestre. Es obvio que la atracción hacia la reencarnación quedaría anulada o vendría propiciada por los errores espirituales del pasado. Al parecer, muchas almas deciden que la única forma de reconciliarse es sufrir la misma suerte que ellas les han hecho sufrir a otras. Ciertamente, vemos que millones de almas eligen vidas que terminan desastrosamente. Incluso, la forma de morir elegida es con frecuencia tan singular y específica que uno intuye que debe haber habido fuertes factores kármicos determinantes en la especificidad de la elección hecha. También los suicidios toman con frecuencia formas y estilos muy específicos, con significados muy concretos.
Podemos afirmar que, si las vidas del alma se pueden vivir dentro o fuera de los dominios físicos, en planos físicos o energéticos, será bastante posible una casi infinita secuencia de vidas. Esta formulación está en consonancia con las enseñanzas de los sabios de la antigüedad, los Vedas, y las enseñanzas de Krishna, Buda y el Hinduismo, así como con otras antiguas religiones.
En niveles muy avanzados de consciencia, los sabios iluminados son capaces de recordar vidas anteriores, de las que suelen decir que han sido muy numerosas. En las experiencias extracorpóreas, la gente también recuerda que su cuerpo energético ha habitado anteriormente otros cuerpos físicos. Los niños pequeños suelen recordar también vidas previas, y las investigaciones demuestran que esto es algo frecuente. A un sabio se le pregunto cuan reales eran las encarnaciones previas, a lo que respondió que eran tan reales como esta, ni más ni menos.
El interés en si uno ha tenido vidas anteriores no es más que un reflejo de la vanidad del ego o el interés por si mismo. Es más importante comprender como trabaja la justicia divina, pues esto aclara los malentendidos acerca de la naturaleza del ego. También aclara las enseñanzas Cristianas de “lo que siembres, cosecharás”, “Las personas que viven en casas de cristal no deberían arrojar piedras”, “Aquellos que viven por la espada morirán por la espada”, “Ni un solo cabello de vuestras cabezas pasa desapercibido”, y “No cae ni un solo gorrión sin que se tenga en cuenta”.
Los comentarios de Jesús acerca de la reencarnación son breves, y aparecen en Mateo 11:7-14 y 17:10-13, donde afirma que “Elías (Elijah) ha vuelto como Juan el Bautista”. 
El cristianismo se centra en elegir la virtud sobre el pecado, o del bien sobre el mal, dado que la importancia del destino del alma tiene prioridad sobre el sujeto de la reencarnación.


Consciencia espiritual avanzada
Dr. David R. Hawkins
El Ojo del Yo Sección IV Debates y Conferencias
Capítulo 15 Aclaraciones

Pregunta: ¿Cambia la experiencia del cuerpo con una consciencia espiritual avanzada?
Doc: Se dan cambios que ocurren en la naturaleza de la experiencia corporal. La sensación de localización es más general y menos concreta. Y hay periodos durante el trabajo espiritual en que el cuerpo casi se siente desaparecer, como si se olvidara. 
También hay veces en que energías muy intensas parecen fluir a través del sistema nervioso, y se experimentan sensaciones ardientes diversas, como si el sistema nervioso estuviera incandescente. También hubo un periodo en que la energía Kundalini discurrió con intenso placer hacia arriba por la espina dorsal, hasta la cabeza y el cerebro, para luego bajar al corazón y salir de el.
Puede haber una perdida en cuanto a deseos corporales y una retirada del interés en el cuerpo, hasta el punto que la supervivencia física puede a veces depender de las atenciones de las personas que lo rodean. Puede haber una marcada pérdida del apetito y del interés en las sensaciones corporales. La visión cambia en el sentido de que todo parece ir a cámara lenta, y hay una mayor dependencia de la visión periférica frente a la visión central. El tiempo se detiene, lo cual parece estar relacionado con la perdida de conexión concreta con el espacio. 
También se da cierta inestabilidad en el movimiento corporal. Cuando tiene lugar la realización del Ser, se tienen dificultades con los pronombres y en como denominar a lo que el mundo considera que es lo “Yo” en términos que resulten comprensibles. Al principio, resulta extraño ver a la gente hablándole al cuerpo físico como si fuera la identidad de uno.
También se pierde el miedo y los reflejos de sobresalto. Es más difícil procesar el pensamiento lineal y descifrar la conversación humana ordinaria. Esto deriva en un retraso en la respuesta durante la comunicación verbal. Este retraso tiene que ver con el proceso que ocurre en la conciencia, que traduce el proceso lineal del lenguaje en significado en términos de esencia. Este retraso no se da a la hora de comprender a los animales o el lenguaje corporal humano. Esto parece que sucede debido a que la consciencia se centra más en la esencia y el significado que en los detalles de la forma. También se tiene que hacer un cambio de sintonía desde el silencio natural de este estado hasta el sonido definido más próximo al cuerpo.
No hay separación entre lo que parece que ocurre y el Ser. Las “causas” no se buscan en el exterior, y lo que llamamos “acontecimientos” suceden como consecuencia de lo que se mantiene en la mente. No hay causas atribuidas al mundo, sino solo a la consciencia.
La gente alrededor de uno parece ir en pos de cosas irrelevantes e intrascendentes, malgastando mucha energía. Estos aspectos de la consciencia se experimentan como si los vivieran individuos diferentes, pero el experimentador interior es básicamente el mismo Ser en todos. El cuerpo es como un compañero, una mascota cariñosa que le sigue a uno a todas partes. Parece estar fielmente presente. Puede incluso someterse a una operación sin sentir dolor ni necesitar anestesia. Uno puede seguir poseyendo el cuerpo y ser responsable de el sin identificarse con el como identidad propia.


El cuerpo fìsico en el trabajo espiritual
Pregunta: Rara vez menciona usted el cuerpo físico. ¿Qué importancia tiene en el trabajo espiritual?
Doc: El cuerpo es un producto de la naturaleza y forma parte del mundo animal. Se podría decir que le pertenece a la naturaleza pero que nos lo ha alquilado provisionalmente. Solo tiene una existencia temporal y de ahí que no justifique una atención o importancia indebidas. Lo valioso del cuerpo es su capacidad para la comunicación, que es un medio para transmitir información y compartir la conciencia. Si se le atiende adecuadamente, será una fuente de placer y un medio de cumplir el trabajo y expresar afectos. Esencialmente, es algo temporal, una experiencia de la percepción o posición en el espacio y el tiempo. La percepción lo reivindica como “mi” o, al menos, como “mío”. Esta es una importante restricción y limitación de la identificación del yo con lo físico y la forma. Como cualquier otro ser vivo en la naturaleza, el cuerpo responde a la bondad, el respeto y la consideración. 
Se le puede querer y amar como a una mascota, pero sin identificarse necesariamente con él ni aferrarse a él. 
Uno de los puntos que más difícil resulta aclarar en la diferenciación entre el yo y el cuerpo es el del funcionamiento de los sentidos. Se cree que son experiencias y funciones del propio cuerpo físico. Pero por extraño que parezca, el verdadero locus de la experiencia sensorial se halla en los dominios invisibles del cuerpo de energía interior que activa al cuerpo físico. ¡El cuerpo físico, en sí y por sí mismo, no tiene capacidad para experimentar nada en absoluto!
La experiencia de los sentidos (así como la de todo lo demás) es una cualidad de la conciencia asociada a la presencia de un cuerpo energético dentro del cuerpo físico a su imagen. Cualquiera que haya tenido una experiencia extracorpórea recordara que todas las modalidades de los sentidos eran funciones de ese cuerpo etérico que estaba asociado a su conciencia y sentido del yo. La vista y el oído se mantienen aun cuando el cuerpo físico este en estado latente o inconsciente. El “yo” experimente la migración del cuerpo junto con la sensación de posicionamiento o movimiento. En ese estado, el sentido del “Yo” se localiza dentro del cuerpo energético, y el cuerpo físico se convierte en un “eso”. Se ve como “un cuerpo”, no “mi cuerpo”.
Muchísimas personas dan cuenta de experiencias idénticas, de modo que hay un acuerdo generalizado respecto a la naturaleza del fenómeno. Del mismo modo, en las experiencias cercanas a la muerte se suele explicar que el “yo” viaja a través de túneles de luz, encontrándonos con gente y con una incontable variedad de colores, y después se muestran reacios a rehabilitar el cuerpo físico. Así, podemos decir que habitamos un cuerpo físico, pero no somos el cuerpo físico. Es evidente que el espíritu, el alma o el yo energético residen en el cuerpo y tienden a mezclarse y difuminarse en él, perdiendo así su singular identidad. Algunas personas son propensas a dejar su cuerpo de forma accidental o a voluntad; la proyección astral como técnica puede de hecho ser enseñada de manera que se deje el cuerpo a voluntad e incluso elegir lugares a visitar (por ejemplo, en el Instituto Monroe).
La visión a distancia y la clarividencia son proyecciones parciales de las facultades sensoriales del cuerpo energético. El “experimentador” es la presencia interior, que ha recibido diversos nombres: cuerpo astral, etérico, alma o cuerpo espiritual. El cuerpo espiritual no está controlado por lo que llamamos normalmente fuerzas físicas, sino que existe en otra dimensión o plano.
La mente también viaja con el cuerpo espiritual y se percata de su disociación con el cerebro. La conciencia no depende de lo físico, sino que existe con plena independencia de él. Sin embargo, cuando se localiza, tiende a identificarse con la forma y la situación.
Dr. David R. Hawkins
El Ojo del Yo Sección IV Debates y Conferencias
Capítulo 15 Aclaraciones


Que es el Amor?
Dr. David R. Hawkins
El Ojo del Yo Sección IV Debates y Conferencias
Capítulo 15 Aclaraciones

Pregunta: ¿El amor no es simplemente, una emoción común y corriente? Se habla de él a todas horas.
Doc: Decididamente, el Amor no es el nivel de consciencia predominante en la humanidad. El setenta y ocho por ciento de la población mundial calibra por debajo de 200 (la Integridad básica), y se centra por tanto en la negatividad. Solo un 0.4 por ciento de la población alcanza el nivel del Amor Incondicional, podríamos decir que “Aman”. El amor es una consciencia, una actitud, un contexto para comprender la vida. 
El amor es el filo de la navaja de la Realidad y la unidad y esencia del Espíritu. Negar el amor es negar a Dios. El posicionamiento y el juicio oscurecen el amor. La mayor parte de la sociedad invalida al amor como base racional para decidir y actuar. Hay amplios sectores de la población que ven como una debilidad el amor por un semejante. La humanidad en realidad quiere los beneficios, el orgullo, las posesiones, el poder y el derecho a vengarse y tomarse represalias con el castigo.
Los Estados Unidos o tierra de la “libertad”, tiene más gente y mayor porcentaje de su población en prisión que ningún otro país excepto China. La sociedad le declara la “guerra” a sus problemas, que por supuesto, se multiplican. La fuerza es ineficaz y un débil sustituto del poder. En cambio, la gente haría casi cualquier cosa por un poco de respeto y amor y muy poco por miedo. Sin la lealtad, nacida del respeto, ni siquiera un general podría exigir obediencia a sus tropas, y sin ese aspecto del amor llamado respeto, surgirán las insurrecciones y los motines. La fuerza solo puede ser un recurso temporal provisional. Todos los imperios que se gobernaron por el miedo se derrumbaron. Las religiones que se basan en el miedo al pecado y no en el amor a Dios son inherentemente débiles.
El amor es una forma de relacionarse con el mundo. Es una generosidad de actitud que se expresa en formas aparentemente pequeñas pero poderosas. Es un deseo de llevar felicidad a los demás, de alegrarles el día y aliviar sus cargas. 
Simplemente ser cordial y afectuoso con todo aquel que uno se encuentre en su camino a lo largo del día es revelador. Que esta no es una actitud común se revela por la respuesta de la gente cuando se encuentra con ella. Con frecuencia, responden con sorpresa o incluso un agradable estado de shock. “Nadie me había felicitado nunca por lo que hago; lo único que hacen es quejarse”, es un comentario muy habitual. La mayoría de las personas parecen no ver los aspectos positivos de la vida y son incapaces de responder a ellos, debido a que están centradas en sus propios deseos y en actitudes críticas. Dan por supuesto el servicio que les prestan los demás diciendo: "Bueno, les pagan por eso, ¿o no?"
(Lo cual no viene al caso).
Grandes sectores de la sociedad operan en el nivel del desamor. Hay grandes empresas y Administraciones públicas que solo pueden ser descritas como de “funcionamiento adusto”. No se observan muestras de gratitud, ni se consideran adecuadas socialmente. Se menosprecia el amor como un “sentimiento delicado”. El amor se restringe socialmente por tanto al romanticismo, a las madres y sus hijos, o al perro de uno. Si se expresa en cualquier otro lugar, resulta embarazoso. Hay pocas áreas de la vida masculina donde el amor este bien visto, salvo el amor a la familia, a los deportes, a la patria o a un coche.
Un área importante de la vida que es socialmente aceptable y está abierta a todos es el de “cuidar”. El “cuidar de” es una amplia avenida para la expresión y la expansión del amor. La gente dice que no puede encontrar el amor, como si fuera algo que hay que conseguir. Una vez estás dispuesto a dar amor, descubres de pronto que estas rodeado de amor y que sencillamente no sabias como acceder a el. 
El amor está presente en todas partes, y solo requiere darse cuenta de esa presencia. 
El universo responde ante el amor revelando su prevalencia. Esta oculto para la percepción ordinaria, pero la consciencia se afina con el mismo amor. La consciencia es una capacidad que se encuentra más allá de los sentidos o las emociones. Si uno cesa en sus proyecciones y limitaciones antropomórficas, se le revela que todo lo que existe es innatamente consciente y emana amor como consecuencia de la divinidad de la Creación.
Cad
a planta es consciente de su entorno y de la admiración y el respeto por el. A cambio, nos recompensa con su propia perfección intrínseca y belleza. Cada planta es una escultura única, creativa, y es la expresión perfecta de su esencia. La Divinidad resplandece en toda la Creación para aquellos que pueden ver. La naturaleza se convierte en algo parecido a los dibujos animados de los niños, donde los árboles sonríen, los animales hablan y las flores se mueven alegremente. 
Cuando la percepción cesa, todo un mundo de maravillas se revela. La consciencia está en todo cuanto existe. Se reconoce a si misma manifestándose como la Totalidad de la Creación.



A Dios le encuentra aquel que Le Busca
Dr. David R. Hawkins
El Ojo del Yo Sección IV Debates y Conferencias
Capítulo 15 Aclaraciones

Pregunta: ¿Cómo tiene lugar tan maravillosa revelación?
Doc: Por la mera intención de ser bondadoso, respetuoso y considerado con Todo Lo Que Es, sin excepción y en cada detalle, incluyendo a uno mismo. Vemos lo que creemos y aceptamos lo que somos. Las cualidades de la gratitud, el reconocimiento, la ternura o el afecto son, de por sí, poderosamente transformadoras. Nuestra experiencia del mundo y la vida es por completo el resultado de nuestras creencias y posicionamientos internos. Del amor y el respeto a Dios surge la voluntad para entregar todos estos prejuicios, y la humildad que se origina así abre las puertas al esplendor de la realidad, que es la revelación del Ser. 
El amor es el catalizador mágico que produce la consciencia. Al final, la certeza reemplaza a la fe y, de ahí, que se diga que a Dios le encuentra aquel que  Le Busca 

Fuente:
https://www.facebook.com/groups/1594168484190298/?fref=nftra


miércoles, 10 de agosto de 2016

COMO SUBIR NUESTRA VIBRACIÓN.



En estos tiempos se hace necesario, imprescindible para atravesar los tiempos que vivimos, cuidar nuestro alimento cotidiano, incluídos pensamienos, palabras, acciones y todo lo que absorvemos del ambiente en el que vivimos, y que ayudamos a crear  con nuestra vibración.
 Considero importante esta lectura que les comparto, siempre aplicando vuestro discernimiento, y observando cada uno su resonancia con lo que aquí se expresa. Cada uno sabe.Confiar en eso y lo demás fluirá con nuestra sabiduría.
Con amor
Ana 
Es necesario señalar lo que afecta a nuestra vibración para así comprender el cómo subirla.
1.- Nikola Tesla dijo: “si quieres comprender el Universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”. El plano físico es energía, las emociones, los pensamientos, todo ello son vibración. Los químicos en el organismo producen frecuencias y es a través de ello que se generan ciertos estados en el ser (tal como lo generan las sustancias químicas externas).
2.- El cuerpo energético impacta al cuerpo mental-emocional y finalmente al físico. Todo lo que ingresa a nosotros o lo que se produce en nosotros, impacta a estos cuerpos, por ello es necesario saber la naturaleza de lo que estamos ingresando o generando para poder vislumbrar los efectos
3.- Cuando el cuerpo energético vibra bajo, evidentemente se producen bajas frecuencias.Estas nos conectan con el bajo astral y permiten que se filtre cualquier movimiento de este plano. En esta dimensión les llamamos: enfermedades, negatividad, accidentes, tragedias, sombras, etc.
4.- Hablando del alcohol, lo que hace es afectar a los neurotransmisores, afecta el centro de las emociones y la capacidad del juicio. Al verse impactada nuestra red electromagnética se ven afectados nuestros centros energéticos,nuestra frecuencia se altera y nos volvemos no sólo un emisor sino un receptor de la misma densidad vibracional. Además, al momento de estar en contacto con la bebida, estamos conectando con las memorias colectivas relacionadas a este acto. El alcohol ha plasmado en los campos morfogenéticos memorias de accidentes, enfermedades, violencia, muertes y demás eventos. Los campos morfogenéticos forman parte de la investigación del científico Rupert Sheldrake.
5.- El cigarro es el mismo caso que el alcohol. Pareciera que con esto segundo no hay alteración de la consciencia, pero sí, además existe un desequilibrio en el organismo (respiración, presión arterial y frecuencia cardiaca). El simple hecho de que el cigarro haga que el torrente sanguíneo transporte menos oxígeno, bloquea la capacidad de reconexión que tenemos con “La Fuente”. La energía “madre” es la que restituye y regenera las células, si existen bloqueos energéticos fuertes, entonces vienen “enfermedades” como el cáncer (es por ello que bloqueos fuertes emocionales también están asociados a esta “enfermedad”). No olvidemos que algo que parece tan “simple” como la respiración en el Yoga u otras disciplinas, ayudan al reciclaje de nuestros centros energéticos, así como la facilidad de entrar en estados profundos de consciencia (meditación).

Pero, si ese proceso de “respiración-oxigenación” lo afectamos con el cigarro u otras drogas, será complicado que la restitución celular sea en los tiempos que el organismo necesita. De igual manera, la conexión con altas frecuencias a través de la meditación se irá poco a poco menguando, (aunque en ciertos casos parezca lo contrario). El cigarro también ha generado un patrón morfogenético, así que que el consumidor, sin importar la medida, está abriendo en su campo de consciencia individual, las puertas al campo colectivo en donde están grabadas todas las memorias de enfermedad, adicción, sufrimiento, etc.
6.- Las drogas sintéticas y naturales, alteran la consciencia y producen un desfase energético entre el cuerpo mental y el cuerpo físico (además de la perturbación emocional evidente). No es lo mismo una meditación, en la que el cuerpo energético y el físico trabajan de manera conjunta para que finalmente el cerebro entre en frecuencias superiores, que el catapultar al individuo a otras frecuencias sin que este ejercite su voluntad. Cuando no se ejercita la voluntad, el efecto es el contrario. Si hay algo que se necesita para entrar en el plano astral y que las bajas frecuencias no se adhieran, es todo lo que tiene que ver con la voluntad: coraje, valor, fuerza y determinación. La visualización es sustancial para que el individuo se proteja, sin embargo, no olvidemos que la fuerza de la visualización y la intención van en medida de la voluntad.
7.- Sobre el ingerir carne, hay que tener claro que el fruto o el vegetal, al momento de cortarlos siguen vivos. Es como una flor que se corta y sigue viva en el agua. No es lo mismo cuando un animal muere, ya que en este justo momento, se liberan sustancias químicas tóxicas y el cuerpo entra en estado de putrefacción. El francés Daniel Briez en su libro “La Ciencia de los Chakras”, señala que el individuo que come carne consume las memorias del animal (generalmente son estados de profundo estrés y sufrimiento), así como las sustancias bioquímicas. Esto genera un déficit en el plano vibratorio de la persona y por ende la obliga a usar sus reservas vitales, provocando fugas y por ende genera vulnerabilidad en sus centros energéticos. Briez señala que también los parásitos y larvas astrales se adhieren con mayor facilidad al cuerpo sutil por el hecho de comer carne así como también cuesta más trabajo “eliminarlos”. Por eso, no es coincidencia que cuando un “paciente” necesita una pronta recuperación, se suspenda el consumo de la carne. En el plano emocional, está comprobado que la carne aumenta los niveles de agresividad. En el plano neuronal, la sinapsis es más lenta. Tampoco es coincidencia que “las grandes mentes” se hayan abstenido del consumo de la carne (entre otras cosas).
8.- Los pensamientos negativos son impulsos eléctricos con una carga vibratoria específica, esto termina generando una estructura de creencias sobre uno mismo y el entorno; finalmente llega el momento en el que la creencia termina impactando a la creación de la realidad. No olvidemos que todo comienza en la vibración sutil hasta que esta se densifica y se expresa en lo que llamamos materia. Cuando movemos una mano, primero pensamos en hacerlo, lo que origina todo es un impulso eléctrico en el cerebro, que al ser procesado, envía la señal para que finalmente se de el movimiento. Cabe señalar aquí los experimentos del Dr Masaru Emoto en donde la estructura molecular del agua es impactada a través de los pensamientos.
9.- Las emociones negativas derivan del campo del pensamiento, sólo que aquí hay una frecuencia mayor y más densificada. Esto genera un centro de atracción energética mayor. El claro ejemplo lo vemos cuando alguien sale “de mal humor” y todo le sale literalmente mal y genera una racha de eventos desafortunados. Las emociones al generar fugas en el cuerpo energético, también contribuyen a la aparición de “enfermedades” así como a la conexión con eventos de la misma densidad vibracional. (La más fuerte de todas: el miedo).
Si el ser humano logra percibir a los seres queridos “fallecidos”, maestros ascendidos y demás seres de luz cuando está vibrando alto y cuando la mente está en una frecuencia más relajada, si logra vibrar alto cuando está feliz, cuando ama, si la mente, el cuerpo y las emociones funcionan como una verdadera unidad cuando se “vibra alto”, entonces, no le veo caso alguno para alimentarnos de bajas frecuencias en ningún sentido.
La vida es algo tremendamente interesante, mágico, maravilloso e ilimitado como para encerrarnos en la densidad. La transformación de lo denso a lo sutil sólo es cuestión de comprensión, decisión, acción y continuidad.
AUTOR: Nadim David



lunes, 18 de julio de 2016

UNA VIDA A TRAVES DE LOS UNIVERSOS PARALELOS - Entrevista a Daniel Meurois





Una vida a través de los Universos Paralelos…
Entrevista con Daniel Meurois para la Revista Sacre Planete
Sacre Planete:
Daniel Meurois, es usted autor de una obra bastante sorprendente titulada “Universos Paralelos, hay numerosas moradas” dedicado a los universos paralelos.
Una de las particularidades de este libro es que cita muchos acontecimientos que han marcado su propio camino. Después de más de tres décadas de testimonios, ¿Por qué confiarnos por primera vez todas estas experiencias personales?


Daniel Meurois:
Simplemente creo que había llegado el momento. Creo que es debido a una especie de pudor el que hasta ahora no haya deseado exponer públicamente, incluso ni siquiera en privado, las experiencias que testimonio aquí y que han marcado interiormente mi itinerario. A mi modo de ver, esto tiene un carácter íntimo. ¿Existe algo más personal que las experiencias por las que nuestra Alma aprende a florecer?
Además, no veía de qué manera mi propia vida, en algunos de sus aspectos privados, podía ser interesante para cualquiera.
Sin embargo estoy feliz de haber cruzado la “línea roja” porque, sin duda, este paso me acerca mucho más a mis lectores. Nunca me han gustado las distancias. Es la cercanía y la sencillez lo que permite enseñar más allá del intelecto.
Por otra parte creo que las anécdotas que menciono eran indispensables para invitar a cada uno a explorar la noción de los Universos Paralelos de un modo diferente. He querido que esté vinculado con lo cotidiano y no mediante un conjunto de hipótesis. Es primordial comprender claramente la noción de universos paralelos cuando nos planteamos la apertura de conciencia.
En efecto, el verdadero tema de este libro es el de las “esferas de vida” virtuales que construimos en cada instante con nuestra manera de ser y de pensar.
Su función es hacernos comprender que constantemente co-creamos los mundos en los que nos movemos a tientas y evolucionamos. Incluso aceptando esto como verdad, la mayor parte del tiempo ignoramos cómo funciona y hasta qué punto navegamos en nuestras propias creaciones.
Mi intención ha sido resaltar el hecho de que los mundos que nos rodean son el resultado directo de nuestros niveles de conciencia sucesivos.
Ante todo, es este concepto, el de los “niveles de conciencia”, el que está en el centro de la reflexión. Visto así, concibo que el propósito pueda parecer árido pero, a través de las anécdotas que forman mi propia vivencia, nos damos cuenta enseguida que no es así… incluso si rozamos constantemente los fundamentos de la física cuántica.
“Universos Paralelos” proclama simplemente que la Vida es apasionante y fantástica y nos sugieren desvanalizarla haciéndonos penetrar en algunos de sus engranajes más misteriosos: por supuesto lo que llamamos la muerte, pero también, entre otros, los del sueño, los de los mundos Élficos, Arcangélicos y de los Arquetipos.
Expongo también algunos métodos de trabajo sobre sí mismo con el fin de desarrollar la percepción multidimensional de nuestro Ser y acercarnos a nuestra verdadera naturaleza.
A lo largo de las páginas, invito a tomar continuamente una especie de ascensor entre los diferentes niveles de nuestra realidad…
El objetivo es retirar, incluso romper nuestras barreras mentales. Es la condición básica de toda posibilidad para reencontrarnos con nuestro Ser. Redescubrir nuestra relación con el Universo es redefinirnos y en última instancia, conducirnos a reinventar las leyes de este… hasta la naturaleza de su materialidad.

S.P. ¿Puede hablarnos con más precisión de las diferentes moradas del Alma a las que se refiere? Ha hablado de la morada de la muerte, pero esta dimensión ¿no es ya el tema de numerosos libros? ¿En qué se diferencia su testimonio en este libro?
D.M. Sí, cuando hablamos de las moradas del Alma, pensamos inmediatamente en la muerte y en nuestra cultura se evoca inmediatamente, como un reflejo, las nociones de paraíso, de purgatorio o incluso del infierno. Allí seremos recompensados o puestos en cuarentena… o radicalmente castigados… esto gira en entorno a una imaginería muy dualista, pueril y estereotipada que no nos ayuda nada a crecer o comprender el verdadero sentido de la vida.
Mi deseo era mostrar que esos universos no son lugares generados por el Divino “en alguna parte” del universo y en los cuales nos coloca de manera arbitraria después de nuestra muerte, sino que por el contrario, esos espacios vibratorios los generamos nosotros mismos debido a la naturaleza de nuestros pensamientos y en los que estamos convencidos de vivir.
En realidad, las moradas de después de la vida son hologramas generados por los micro-universos que habita en nuestra alma. Así que podemos decir que hay tantos, como seres humanos.
Las anécdotas que cuento, me llevan a insistir en que, todos los mundos en los que vivimos o viviremos, son espacios mentales y emocionales. Son burbujas vibratorias que están destinadas para estallar tan pronto como nuestros horizontes interiores se retiren. Todo esto, nos lleva inevitablemente a explorar el concepto de ilusión, la Maya.
Mi testimonio apunta directamente a que tomemos conciencia de la naturaleza profunda de la materia y de nuestra relación inconsciente con ella.
Podemos imaginar que sólo la materia de nuestro universo cotidiano ofrece aspectos de lo tangible. Esto es falso… Todas las moradas que exploro, no sólo las “de después de la vida”, sino también por ejemplo, los sueños o el mundo de los Elfos son tangibles. Se trata de otro estado de la materia, una materia que es la proyección directa de lo que somos internamente.

S.P. Ha mencionado la Maya, la ilusión. ¿Para usted la Maya sería entonces, paradojicamente una realidad y no un concepto filosófico o metafísico?
D.M. Es una evidencia y no un concepto… Las experiencias de las que doy testimonio, hablan de nuestro mundo cotidiano como una morada entre otras. Esta es el fruto de un holograma colectivo que refleja nuestro nivel medio de conciencia. Los orientales, familiarizados con este concepto de la vida lo llaman Bhur Loka… Si todos juntos empezáramos a pensar la materia de manera diferente, esta modificará inmediatamente su estructura atómica y sus leyes. Se ajustará a los horizontes de nuestra Alma y expresará las nuevas perspectivas…
Todos los fenómenos que calificamos como milagros, son el resultado de la infinita maleabilidad de la materia. Debido a esto, algunos seres realizados hacen verdaderos malabares. Su nivel de conciencia les ha llevado a otra relación con el mundo.
Para mi está claro que en el estado que se dice de vigilia soñamos nuestro mundo, de la misma manera que soñamos mientra dormimos o también cuando hemos pasado al más allá y creamos nuestras diferentes moradas… hasta que sobrepasamos la gigantesca esfera vibratoria de la Maya.

S.P. Entonces la Maya es el obstáculo absoluto, el que nos impide realizarnos…
D.M. Podemos verlo de esa manera. Sería más preciso considerarlo como la más increíble herramienta para la elevación. Hay que agotarse en la ilusión de los sueños para comprender finalmente que son sueños y desear ardientemente el Despertar, es decir, de regresar a casa, más allá de las múltiples moradas. Es del vagabundeo a través de las diferentes estratos del ego como surge la necesidad imperiosa de reencontrar el camino del Origen.

S.P. Nos cuenta haber penetrado cierta noche en lo que llamamos un Sanctum. Ha descubierto su propio Sanctum o santuario personal, que traduce la arquitectura ideal de su alma, el punto de luz reclamado por su ser para revitalizarse. ¿Puede decirnos algo más?
D.M. Un sanctum es una especie de refugio… pero también una plataforma desde la cual el Alma puede considerar elevarse aún más. El área de la conciencia que está fuera del cuerpo es una herramienta para el crecimiento.
El sanctum es la fiel traducción del espacio de nuestro corazón y aspiraciones más profundas de nuestro Ser. Me parecía interesante indicar de qué manera cada uno puede tejer una morada para revitalizarse, porque en realidad su realización y su alcance como “punto de anclaje celeste” no está reservado a unas pocas personas con capacidades psíquicas.
Cada uno puede construir facilmente su propio sanctum en el mundo “invisible” o ser consciente de el que ya existe. Debemos darnos cuenta de que todos somos, sin saberlo, arquitectos, albañiles, carpinteros, escultores, jardineros-paisajistas… en definitiva creadores. Construir con lucidez, en lo invisible una morada o un espacio afín a nosotros, es una buena manera de consolidar un enfoque interior.
Para algunos esto puede ser más fácil que meditar o rezar. Darse un baño de luz en su propio reino es un soplo de aire puro que cada Alma puede ofrecerse con el fin de aprender mejor a recuperar la memoria.

S.P.¿Puede explicarnos cómo los antiguos egipcios de la época de Akhenatón, por ejemplo, ya conocían todo esto?
D.M. Sabe, cuanto más avanzo más me doy cuenta que no hemos inventado muchas cosas a pesar de los milenios que han pasado. Los antiguos tenían un conocimiento sobre la mente humana, las leyes del Cosmos y de la vida en general infinitamente más profundo de lo que suponemos. Lo único que hacemos es sacar de nuevo a la luz y con nuestras propias palabras, la naturaleza energética del cuerpo y una multitud de realidades de naturaleza vibratorias que antaño eran obvias.
Hoy en día, considerar la existencia de otras moradas de vida a través del universo, nos pide una apertura de mente que nos discrimina… es sorprendente porque es como si una parte importante de nuestra humanidad se hubiera pasado siglos dedicándose a estrechar su campo de visión en lugar de ampliarlo. Estoy además sorprendido de que hayamos avanzado tanto a nivel tecnológico cuando en paralelo nuestras conciencias ha evolucionado tan poco. Visceral, emocional y mentalmente nuestra especie es la misma que hace miles de años. Se ha tecnificado pero no ha madurado.
La sabiduría y el conocimiento están presentes desde el alba de los tiempos… Creo que nuestra época se caracteriza solamente por el echo de que pone a disposición más fácilmente y de manera abierta a todo el mundo esta sabiduría y conocimiento. No hemos ganado nada en calidad y profundidad pero sin embargo hemos crecido en número.

S.P. En “Universos Paralelos” nos dice que la meditación es una vía privilegiada no sólo para visitar las diferentes moradas de nuestra Alma sino, para llegar a la “casa del Padre”. También menciona la potencia de la oración, hermana gemela de la meditación, en un pasaje de su libro, que es seguramente uno de los que dejan huella ¿Podría comentarnoslo?
D.M. Abordar el tema de la oración en el contexto de los Universos Paralelos puede sorprender, sin embargo quería ir en esa dirección porque mi experiencia me lleva a hablar de la oración como una herramienta de construcción para crear y perfeccionar la morada que representa todo ser humano. Para mí, constituye un vínculo entre lo Divino y nosotros, un vínculo que mantiene lo que yo le llamo el recuerdo, es decir, nuestra cercania, nuestro enlace familiar con la fuente.
En Occidente, estamos demasiado acostumbrados a concevir la oración como un monólogo que utilizamos cuando tenemos que pedir algo al “Cielo”. Se trata como una súplica y generalmente esta vivido como un monológo fijo que pronunciamos más bien de manera mecánica.
La anécdota que relato sobre la oración por el contrario, la convierte en algo vivo y dinámico como si fuera un diálogo. De hecho, cuento cómo en alguna parte del Himalaya y en un estado de abandono total, una verdadera “línea telefónica” se estableció entre las esferas superiores de mi Ser y mi realidad encarnada. Redescubrir el verdadero mecanismo y la función primordial de la oración, puede ser la clave determinante que nos llevará a dar un gran salto hacia adelante. La oración nos introduce en lo Sagrado… y de esta manera su ayuda se convierte en algo muy concreto.

S.P. Por primera vez nos relata una experiencia única, la de haberse acercado al Portal de los Arcángeles. Trayéndonos de allí recuerdos inolvidables… ¿Por qué ha tenido acceso a ese mundo y nunca antes había hablado de ello?
D.M. En primer lugar, aclaro que no he tenido acceso, pero he tenido la gracia de acercarme a su portal, es muy diferente… ¿Por qué razón? Creo que permitiéndome levantar ligeramente una parte del velo, las Presencias que guían mis pasos me dieron, de este modo, la oportunidad de testimoniar un poco más la infinitud de Luz a la que cada uno de nosotros estamos invitados. Para avanzar hacia el Espíritu, nuestra Alma necesita un poco más de perpectiva de Luz de la misma manera que nuestro cuerpo necesita oxígeno y agua para vivir.
Debemos entrever lo que es, lo que nos espera, lo que nos reclama para encontrar la fuerza para avanzar. También hay que tomar conciencia sea como sea que nuestra forma de vida o de expresión de la vida, es sólo una entre una multitud de tantas.
Nuestra especie es extraordinariamente egocéntrica, se siente ser el centro de todo, de la misma manera que se siente en la cima de la creación. ¡Esto es absurdo!
Tal como somos no representamos más que a unos pocos actores medio conscientes en el rodaje de una serie de televisión que se emite en uno de los innumerables canales de la vida en el Universo.
Afortunadamente, no sólo existen otras películas, otros escenarios en otros canales sino que también hay otros receptores con otras cualidades o capacidades diferentes a las nuestras que no podemos ni imaginar. Si no he hablado de mi contacto con el mundo de los Arcángeles antes, es porque tenía miedo de que se caricaturizara momentos que fueron particularmente sagrados para mí. He dado un paso adelante porque quizás domino un poco más la escritura que en el pasado y porque el tema abordado me llevaba a eso con fuerza.
Hay que saber que mi método de trabajo no tiene nada que ver aquí con el “channeling” y que siempre habrá cosas, elementos o información que no serán comunicables a través de las palabras.
La experiencia directa es insustituible. Esto es lo que me hace sensible con el pensamiento gnóstico, por ejemplo: “Crecer, pero no sólo creyendo sino sintiendo, experimentando, en definitiva conociéndolo desde dentro”
“Universos Paralelos” nos invita a este tipo de enfoque. ¿No se dice que hay que pedir para recibir? Somos la puerta de entrada que conduce a una infinidad de moradas… ¿Por qué no usar nuestras vidas para hacer todo lo posible con el fin de conseguir las llaves?
Si queremos crecer, primero hay que aprender a distinguir la naturaleza de los barrotes de nuestra prisión.















miércoles, 13 de julio de 2016

KRISHNAMURTI Y LA LIBERTAD- Discurso de Disolución de la Orden de la Estrella






Disolución de la Orden de la Estrella
La Orden de la Estrella de Oriente fue fundada en 1911 para proclamar el advenimiento del Instructor del Mundo. Krishnamurti fue designado Jefe de la Orden. El 2 de agosto de 1929, día de apertura del Campamento Anual de la Estrella, celebrado en Ommen, Holanda, Krishnamurti disolvió la Orden ante tres mil miembros. Esta es la traducción completa de las palabras que pronunció en aquella ocasión basada en el texto que se publicó en el Boletín de la Estrella del mes de septiembre de 1929.
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Vamos a discutir esta mañana la disolución de la Orden de la Estrella. Muchos se alegrarán y otros se sentirán más bien tristes. Esta no es una cuestión de regocijo ni de tristeza, porque es algo inevitable, como voy a explicarlo.
Quizás recuerden ustedes la historia de cómo el diablo y un amigo suyo estaban paseando por la calle cuando vieron delante de ellos a un hombre que levantaba algo del suelo y, después de mirarlo, se lo guardaba en el bolsillo. El amigo preguntó al diablo:
“¿Qué recogió ese hombre?” “Recogió un trozo de la Verdad”, contestó el diablo. “Ese es muy mal negocio para ti, entonces”, dijo su amigo. “Oh, no, en absoluto”, replicó el diablo, “voy a dejar que la organice”.
Yo sostengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. Ese es mi punto de vista y me adhiero a él absoluta e incondicionalmente. La Verdad, al ser ilimitada, incondicionada, inabordable por ningún camino, no puede ser organizada; ni puede formarse organización alguna para conducir o forzar a la gente a lo largo de algún sendero en particular. Si desde el principio entienden eso, entonces verán cuan imposible es organizar una creencia. Una creencia es un asunto puramente individual, y no pueden ni deben organizarla. Si lo hacen, se torna en algo muerto, cristalizado; se convierte en un credo, una secta, una religión que ha de imponerse a los demás. Esto es lo que todo el mundo trata de hacer. La Verdad se empequeñece y se transforma en un juguete para los débiles, para los que están sólo momentáneamente descontentos. La Verdad no puede rebajarse, es más bien el individuo quien debe hacer el esfuerzo de elevarse hacia ella.
Ustedes no pueden traer la cumbre de la montaña al valle. Si quieren llegar a la cima de la montaña, tienen que atravesar el valle y trepar por las cuestas sin temor a los peligrosos precipicios. Tienen que ascender hacia la Verdad, esta no puede “descender” ni organizarse para ustedes. El interés en las ideas es sostenido principalmente por las organizaciones, pero las organizaciones sólo despiertan el interés desde afuera. El interés que no nace del amor a la Verdad por sí misma, sino que es despertado por una organización, no tiene valor alguno. La organización se convierte en una estructura dentro de la cual sus miembros pueden encajar convenientemente. Ellos no se esfuerzan más por alcanzar la Verdad o la cumbre de la montaña, sino que más bien tallan para sí mismos un nicho conveniente donde se colocan, o dejan que la organización los coloque, y consideran que, debido a eso, la organización ha de conducirlos hacia la Verdad.
De modo que esta es la primera razón, desde mi punto de vista, por la que la Orden de la Estrella debe ser disuelta. A pesar de esto ustedes formarán probablemente otras Ordenes, continuarán perteneciendo a otras organizaciones que buscan la Verdad. Yo no quiero pertenecer a ninguna organización de tipo espiritual; por favor, comprendan esto.
Yo haría uso de una organización que me llevara de aquí a Londres, por ejemplo; ésta es una clase por completo diferente de organización, meramente mecánica, como el correo o el telégrafo. Yo usaría un automóvil o un buque de vapor para viajar, estos son sólo mecanismos físicos que nada tienen que ver con la espiritualidad. Por otra parte, sostengo que ninguna organización puede conducir al hombre a la espiritualidad.
Si se crea una organización para este propósito, ella se convierte en una muleta, en una debilidad, en una servidumbre que por fuerza mutila al individuo y le impide crecer, establecer su unicidad que descansa en el descubrimiento que haga, por sí mismo, de esta Verdad absoluta e incondicional. Por lo tanto, esa es otra de las razones por las que he decidido, ya que soy el Jefe de la Orden, disolverla. Nadie me ha persuadido para que tome esta decisión.
Esta no es ninguna magnífica proeza, porque yo no deseo seguidores, y esto es lo que quiero significar. En el momento en que siguen a alguien, dejan de seguir a la Verdad. No me preocupa si prestan o no prestan atención a lo que digo, deseo hacer cierta cosa en el mundo y voy a hacerla con resuelta concentración. Sólo estoy interesado en una cosa esencial: Hacer que el hombre sea libre. Deseo liberarlo de todas las jaulas, de todos los temores, y no fundar religiones, nuevas sectas, ni establecer nuevas teorías y nuevas filosofías. Entonces, como es natural, me preguntarán por qué recorro el mundo hablando continuamente. Les diré por qué lo hago. No es porque desee que me sigan ni porque desee un grupo especial de discípulos selectos. (¡Cómo gustan los hombres de ser diferentes de sus semejantes, por ridículas, absurdas o triviales que puedan ser sus distinciones! No quiero alentar ese absurdo). No tengo discípulos ni apóstoles, ya sea en la tierra o en el reino de la espiritualidad.
Tampoco es la tentación del dinero, ni es el deseo de vivir una vida cómoda lo que me atrae. ¡Si yo quisiera llevar una vida cómoda no vendría a un Campamento ni viviría en un país húmedo! Estoy hablando francamente porque quiero que esto quede establecido de una vez por todas. No deseo que estas discusiones infantiles se repitan año tras año.
Un periodista que me ha entrevistado, consideraba un acto grandioso disolver una organización en la que había miles y miles de miembros. Para él esto era una gran acción, porque dijo: “¿Qué hará usted después, cómo vivirá? No tendrá seguidores, la gente no le escuchará.” Con que sólo haya cinco personas que escuchen, que vivan, que tengan sus rostros vueltos hacia la eternidad, será suficiente ¿De qué sirve tener miles que no comprenden, que estén por completo embalsamados en sus prejuicios, que no desean lo nuevo, sino que más bien desean traducir lo nuevo para que se acomode a sus propias personalidades estériles, estancadas? Si hablo enérgicamente no me entiendan mal, por favor, no es por falta de compasión. Si acuden a un cirujano para una operación, ¿no es bondad de su parte operar aunque les cause dolor? Así, de igual modo, si yo hablo francamente no es por falta de verdadero afecto; al contrario.
Como he dicho, tengo solamente un propósito: hacer que el hombre sea libre, impulsarlo hacia la libertad, ayudarle a que rompa con todas sus limitaciones, porque sólo eso habrá de darle la felicidad eterna, la realización no condicionada del ser.
Porque soy libre, no condicionado, total-no una parte, no lo relativo, sino la Verdad total que es eterna-deseo que aquellos que buscan comprenderme sean libres; que no me sigan, que no hagan de mi una jaula que se tornará en una religión, una secta. Más bien deberían liberarse de todos los miedos: del miedo de la religión, del miedo de la salvación, del miedo de la espiritualidad, del miedo del amor, del miedo de la muerte, del miedo de la vida misma. Así como un artista pinta un cuadro porque se deleita en esa pintura, porque ella es la expresión de su ser, su bienestar, su gloria, así hago yo esto, y no porque quiera nada de nadie.
Ustedes están acostumbrados a la autoridad, o a la atmósfera de autoridad, la cual creen que va a conducirlos a la espiritualidad. Creen y esperan que otro, por sus extraordinarios poderes-un milagro-podrá transportarlos a ese reino de libertad eterna que es la Felicidad. Toda la perspectiva que tienen de la vida está basada en esa autoridad.
Me han escuchado durante tres años sin que ningún cambio se operara en ustedes, salvo en algunos pocos. Ahora, analicen lo que estoy diciendo, sean críticos para que puedan alcanzar una comprensión profunda, fundamental. Cuando buscan una autoridad que los conduzca a lo espiritual, se obligan automáticamente a crear una organización alrededor de esa autoridad. Por la creación misma de esa organización que suponen ha de ayudar a esta autoridad para que les guíe hacia la vida espiritual, quedan presos en una jaula.
Si yo les hablo francamente, recuerden, por favor, que no lo hago así por dureza ni por crueldad ni a causa del entusiasmo por mi propósito, sino porque deseo que comprendan lo que estoy diciendo. Esa es la razón por la que están aquí, y sería una pérdida de tiempo si yo no explicara claramente, decisivamente, mi punto de vista.
Durante dieciocho años se han estado preparando para este acontecimiento, para la Venida del Instructor del Mundo. Durante dieciocho años se han organizado, han esperado a alguien que viniera a dar un nuevo deleite a sus corazones y mentes, que transformara por completo sus vidas otorgándoles una nueva comprensión; a alguien que los elevara a un nuevo plano de existencia, que les diera un nuevo estímulo, que los hiciera libres, ¡y vean ahora lo que está sucediendo! Piensen, razonen consigo mismos y descubran de qué manera esa creencia los ha hecho diferentes, no con la superficial diferencia de llevar una insignia, lo cual es trivial, absurdo. ¿En qué forma una creencia así ha barrido con todas las cosas no esenciales de la vida? Esta es la única manera de juzgar: ¿En qué forma son más libres, más grandes, más peligrosos para toda Sociedad que esté basada en lo falso y en lo no esencial? ¿En qué forma los miembros de esta Organización de la Estrella han llegado a ser diferentes? Como dije, ustedes se han estado preparando para mí durante dieciocho años. No me preocupa si creen o no creen que soy el Instructor del Mundo. Eso es de muy poca importancia. Puesto que pertenecen a la Organización de la Orden de la Estrella, han entregado su simpatía, su energía, aceptando que Krishnamurti es el Instructor del Mundo-parcial o totalmente; totalmente para aquellos que en verdad están buscando, sólo parcialmente con quienes están satisfechos con sus propias verdades a medias-.
Se han estado preparando durante dieciocho años, y miren cuántas dificultades tienen ustedes en su camino hacia la comprensión, cuántas complicaciones, cuántas cosas triviales. Sus prejuicios, sus miedos, sus autoridades, sus iglesias nuevas y viejas… Todas esas cosas, sostengo, son una barrera para la comprensión. No puedo ser más claro que esto. No quiero que estén de acuerdo conmigo, no quiero que me sigan, quiero que comprendan lo que estoy diciendo.
Esta comprensión es necesaria porque la creencia de ustedes no los ha transformado, sino que solo los ha complicado, y porque no están dispuestos a afrontar las cosas como son. Lo que desean es tener sus propios dioses, dioses nuevos en lugar de los viejos, religiones nuevas en lugar de las viejas, nuevas formas en vez de las viejas, todas cosas inútiles, barreras, imitaciones, muletas. En lugar de las viejas distinciones espirituales, tienen ustedes nuevas distinciones espirituales, en lugar de los viejos cultos, tienen cultos nuevos. Todos dependen de algún otro para su espiritualidad, para su felicidad, para su iluminación; y aunque se han estado preparando para mí durante dieciocho años, cuando yo digo que todas estas cosas son innecesarias, cuando digo que deben descartarlas todas y mirar dentro de sí mismo para la iluminación, para la gloria, para la purificación e incorruptibilidad del ser, ninguno de ustedes quiere hacerlo. Puede que haya unos pocos, pero son muy, muy pocos.
¿Para qué, pues, tener una organización?
¿Por qué personas falsas, hipócritas, me han seguido a mí, la encarnación de la Verdad? Recuerden, por favor, que no estoy diciendo cosas duras o crueles, sino que hemos llegado a una situación en que deben ustedes enfrentarse a las cosas tal como son. El año pasado dije que no transigiría. Muy pocos me escucharon entonces. Este año he puesto eso absolutamente en claro. No se cuántos miles en el mundo-miembros de la Orden-han estado preparándose para mí durante dieciocho años; sin embargo, ahora no están dispuestos a escuchar incondicionalmente, totalmente, lo que digo.
¿Para qué, pues, tener una organización? Como dije antes, mi propósito es hacer que los hombres sean incondicionalmente libres, porque sostengo que la única espiritualidad es la incorruptibilidad del propio ser, que es eterno, que es la armonía entre la razón y el amor. Esta es la absoluta incondicionada Verdad que es la Vida misma. Deseo, por lo tanto, que el hombre sea libre, que se regocije como el pájaro en el cielo claro; libre de toda carga, independiente, extático en esa libertad. Y yo, para quien ustedes se han estado preparando durante dieciocho años, digo ahora, que deben liberarse de todas estas cosas, liberarse de sus complicaciones, de sus enredos. Para esto no necesitan tener una organización basada en la creencia espiritual. ¿Por qué tener una organización para cinco o diez personas en el mundo, que comprenden, que luchan, que han desechado todas las cosas triviales? Y para los débiles no puede haber organización alguna que les ayude a encontrar la Verdad, porque la Verdad está en cada uno de nosotros; no está lejos ni cerca; está eternamente ahí.
Las organizaciones no pueden hacerlos libres. Ningún hombre puede, desde afuera, hacerlos libres; ni un culto organizado ni la propia inmolación a una causa puede hacerlos libres. Ustedes utilizan una máquina de escribir para su correspondencia, pero no la ponen en un altar para adorarla. Sin embargo, eso es lo que están haciendo cuando las organizaciones se convierten en la principal preocupación de ustedes. “¿Cuántos miembros hay en ella?” Esta es la primera pregunta que me hacen todos los reporteros. “¿Cuántos seguidores tiene? Por su número juzgaremos si lo que usted dice es verdadero o falso”. Yo no sé cuántos son. No estoy interesado en eso. Aunque hubiera un solo hombre que halla podido liberarse, sería suficiente.
Además, tienen ustedes la idea de que sólo ciertas personas poseen la llave para entrar en el Reino de la Felicidad. Nadie la posee. Nadie tiene la autoridad para poseerla. Esa llave es el propio ser de cada uno, y sólo en el desarrollo y la purificación y la incorruptibilidad de ese ser, está el Reino de la Eternidad.
Verán, pues, cuán absurda es toda la estructura que han creado buscando la ayuda externa, dependiendo de otros para el propio bienestar, para la propia felicidad, para la propia fortaleza. Estas cosas solamente pueden encontrarlas dentro de sí mismos.
¿Para qué, pues, tener una organización?
Se han acostumbrado que se les diga cuánto han avanzado, cuál es el grado espiritual que poseen. ¡Qué niñería! ¿Quién sino ustedes mismos puede decir si son hermosos o feos por dentro? ¿Quién sino ustedes mismos puede decir si son incorruptibles? Ustedes no son serios en estas cosas.
¿Para qué, pues, tener una organización?
Pero aquellos que realmente deseen comprender, que traten de descubrir lo que es eterno, sin principio y sin fin, marcharán juntos con mayor intensidad y serán un peligro para todo lo que no es esencial, para las irrealidades, para las sombras. Y ellos se reunirán y se volverán la llama, porque habrán comprendido. Un cuerpo así es el que debemos crear y tal es mi propólsito. Gracias a esa verdadera comprensión habrá una
verdadera amistad. A causa de esa verdadera amistad-que al parecer ustedes no conocen-habrá verdadera cooperación de parte de cada uno. Y esto no por motivo de la autoridad, ni por la salvación, ni por la inmolación a una causa, sino porque realmente han comprendido y, en consecuencia, son capaces de vivir en lo eterno. Esto es algo más grande que todo placer y que todo sacrificio.
Estas son, pues, algunas de las razones por las que, después de haberlo considerado cuidadosamente durante dos años, he tomado esta decisión. No proviene de un impulso momentáneo. No he sido persuadido a ello por nadie-no me dejo persuadir en tales cosas-. Durante dos años he estado pensando en esto, despacio, cuidadosamente, pacientemente, y he decidido ahora disolver la Orden, puesto que soy su Jefe. Pueden formar otras organizaciones y esperar por algún otro. Esto no me concierne, como tampoco me concierne crear nuevas jaulas y nuevas decoraciones para esas jaulas. Mi único interés es hacer que los hombres sean absolutamente, incondicionalmente libres.